Antiglobalización

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Manifestación antiglobalización en Edimburgo durante el consejo del G8.

El movimiento antiglobalización (también llamado altermundista o alterglobalización) es un movimiento internacional surgido como respuesta a la globalización neoliberal. Es un movimiento heterogéneo formado por anticapitalistas, ecologistas, antimilitaristas, sindicatos, organizaciones no gubernamentales, etc. No es un movimiento organizado, no existen cabecillas, son grupos autónomos de los que según se analiza tienen una forma de organización y una ética de inspiración anarquista o afín.

La cumbre de Seattle (noviembre 1999) se convierte en su carta de presentación y punto de inflexión del movimiento. 50.000 manifestantes consiguieron abortar la cumbre de la Organización Mundial del Comercio. Los manifestantes se habían coordinado principalmente a través de Internet. Actualmente el Foro Social Mundial reune a los grupos heterogéneos que quieran hacerlo para discutir asuntos de sociología, política, cultura, economía o ecología.

Esta acción sorprendió no sólo a los dirigentes políticos allí reunidos y a las fuerzas de seguridad sino al planeta entero, que supo en ese momento de la existencia de la OMC y otras organizaciones semejantes. La mayoría de la población mundial no comprendió en ese momento los motivos de los manifestantes. Con el paso del tiempo la población empezó a concienciarse y el movimiento no ha dejado de crecer.

A partir de entonces en todas las cumbres se montan contracumbres, produciéndose en la mayoría de ellas disturbios, aunque su intensidad ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo. La primera de las cumbres en la que se dieron macromanifestaciones e incidentes a gran escala fue la de Seattle en 1999 y Praga (2000). En la cumbre de Génova (2001) fue asesinado de dos disparos realizados por la policía el activista anarquista Carlo Giuliani.

Tabla de contenidos

1 Reformistas y radicales
2 Temas relacionados
- 2.1 Libros
- 2.2 Documentales
3 Enlaces externos

[editar] Reformistas y radicales

Demostración del movimiento antiglobalización en Varsovia.

Sin embargo, hay quienes creen que las acciones excesivamente violentas realizados por algunos integrantes del movimiento (en especial el Bloque Negro, que a pesar de todo no incluyen la agresión a civiles) también han restado protagonismo al auténtico mensaje del Movimiento, atrayendo la atención de varios medios más hacia la violencia que hacia la opresión de los más poderosos sobre los que menos tienen.

Otros consideran que la criminalización hacia los activistas agresivos y otros más de posturas radicales, aunque no por eso violenta, es una estrategia de parte de movimientos políticos de corte reformista y tradicional, especialmente los vinculados a partidos políticos o a organizaciones financiadas por gobiernos o empresas privadas, para restar importancia ante la opinión pública a todos los activistas y movimientos que adhieran a propuestas radicales y pro-libertarias, indistintamente que sean partidarios de actividades violentas o noviolentas -según el caso-, a pesar de que son estos los que en gran parte han dado origen al movimiento de la alterglobalización.

De esta manera los reformistas pretenden aprovecharse de las luchas sociales autónomas y de los proyectos de base que son el origen del movimiento alterglobalizador para sacar de ellas provecho para sus pretensiones electoralistas y anular el auténtico mensaje de horizontalidad, autonomía y pluralismo y por tanto la radicalidad de tal movimiento (que no necesariamente tiene que ser violenta).
Así, en vez de crear ruptura con el orden instituido estos movimientos reformistas utilizan la criminalización a un sector para menospreciar a todos los radicales y sus propuestas de tal forma que las luchas terminen siendo incorporadas al orden establecido.

De todas maneras el impulso de ruptura sigue vivo en este movimiento tan amplio y plural, y se dan alianzas puntuales y acuerdos en ciertos aspectos entre los tantos grupos que lo conforman, y al parecer cada día tiene más adherentes, es más conocido y tiene más peso en las luchas sociales.

[editar] Temas relacionados

[editar] Libros

Klein, Naomi. 2000. No Logo. Paidós. 2001. ISBN 84-493-1074-1
Klaus Werner y Hans Weiss. 2004. El libro negro de las marcas. Editorial Debate. 2004.