Cosroes II
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Khosro II o Cosroes II (también llamado Parviz, "el victorioso", en Persa خسرو پرویز), era un emperador sasánida, hijo de Hormizd IV (579-590) y nieto de Khosro I (531-579), quien gobernara entre los años 590 y 628 de nuestra era.
Khosro II fue elevado al trono por los magnates sasánidas tras una rebelión que llevaron a cabo contra Hormizd IV hacia 590, a quien posteriormente cegaron y mataron. Sin embargo al mismo tiempo el general Bahram Chûbin se hizo proclamar rey bajo el nombre de Bahram VI (590-591) y Koshro II fue incapaz de mantener su condición real.
La guerra contra los romanos, que había comenzado en 571, aún no había terminado. Khosro II fue a Siria y persuadió al Emperador Mauricio I de que le enviara ayuda para expulsar a Bahram VI del trono. Los numerosos oficiales y hombres de tropas reconocieron a Khosro II y en 591, le fue devuelto a Ctesifonte. Bahram VI luego fue derrocado y huyó donde los turcos, donde fue asesinado. La paz con Bizancio de esta forma se había sellado.
Sin embargo Mauricio no hizo uso de su ventaja. Restauró apenas las fronteras precedentes y abolío los tributos que debían ser pagados por los persas. Khosro II era inferior a su abuelo. Fue altivo, cruel, avaro y lujurioso; no era un general, ni un administrador. Al principio de su reinado, favorecio a los Cristianos, pero en 602, cuando Mauricio fue asesinado por Focas (602-610), inició una guerra contra Roma para vengar su muerte. Sus tropas saquearon Siria y Asia Menor, logrando avanzar hasta Calcedonia en 608.
En 613 y 614 Damasco y Jerusalén fueron tomados por el general Shahrbaraz, y la Vera Cruz fue llevada como trofeo. Pronto después, Egipto fue conquistado. Los Romanos no podían ofrecer mayor resistencia, pues se encontraban sumidos en disputas internas, y presionados por ávaros y eslavos. Por fin, en 622, el Emperador Heraclio (quien sucedió a Focas en 610 y gobernó hasta 641) fuera capaz de tomar el control. En 624 avanzó hasta el norte de Media, donde destruyó el gran templo de fuego de Gandzak (Gazaca); en 626 luchó en Lazistan (Colchis), mientras Shahrbaraz avanzó a Calcedonia, e intentó en vano, unido con los ávaros, conquistar Constantinopla.
En 627 Heraclio derrotó el ejército persa en la Batalla de Nínive y avanzó hacia Ctesifonte. Khosro II escapó de su residencia favorita, Dastagei (cerca de Bagdad), sin ofrecer resistencia; y como su despotismo e indolencia habían despertado oposición por todas partes, su hijo mayor Kavadh II (él gobernó brevemente en 628), a quien Khosro II había encarcelado, fue puesto en libertad por algunos magnates y luego proclamado Rey. Cuatro días después, Khosro II fue asesinado en su palacio. Mientras tanto, Heraclio volvió triunfante a Constantinopla; en 629 la Vera Cruz le fue devuelta y Egipto evacuado, mientras el Imperio Persa, de la grandeza evidente que había alcanzado hace diez años, se hundió en una anarquía total, lo que fue aprovechado por las tropas del primer Califato Islámico al empezar el año 634.
En realidad, el Imperio Sasánida había sido llevado al borde de la anarquía y desintegración como consecuencia de las constantes guerras y las explotaciones ambiciosas de Khosro II, ademñas de una década de intrigas de cortesanos y magos Zoroástricos, que intentaban ocupar el trono después de su asesinato.
Khosro II es también recordado por ser uno de los reyes más poderosos del Imperio persa. Incluso el profeta Mahoma le habría enviado mensajeros para predicar la religión del Islam, de la misma forma que lo había hecho a otros emperadores cerca de la Península árabe. Sin embargo, Khosro II, como cuenta la leyenda, rompió la carta en que Mahoma le predicaba el Islam, e insultó al mensajero y las enseñanzas del Islam.