Enfermedad de Buerger
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Llamada también tromboangeítis obliterante, la enfermedad de Buerger es una vasculitis de pequeños vasos descrita por primera vez por Leo Buerguer en 1908.
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[editar] Epidemiología
Es más frecuente en varones que en mujeres y de causa desconocido, en el que el papel del tabaquismo juega un papel primordial, hasta el punto de que el abandono del tabaco mitiga o incluso detiene de una forma radical la evolución de la enfermedad. Es más frecuente en poblaciones mediterráneas y asiáticas y su relación con haplotipos y posible componente genético es discutido.
[editar] Manifestaciones clínicas
La enfermedad se suele presentar sobre la tercera o cuarta década de la vida aunque durante mucho tiempo puede pasar inadvertida sin diagnóstico. Afecta sobre todo a paquetes vásculo-nerviosos de sectores distales de las extremidades, pantorrila y antebrazos, produciendo oclusiones distales y segmentarias de arterias del tobillo, pie y manos, manifestándose en forma de dolor al caminar (claudicación) por falta de llegada de sangre arterial al pie o lesiones necrosantes digitales que pueden evolucionar a la gangrena precisando amputación. Igualmente afecta a venas superficiales de tobillos y pies originando flebitis superficiales.
[editar] Diagnóstico
El diagnóstico es fundamentalmente clínico y es recomendable la implicación de un especialista en enfermedades vasculares, aunque se suelen realizar estudios analíticos para descartar otro tipo de vasculitis y arteriografía si el paciente puediera ser candidato a una eventual cirugía de revascularización (by pass), hecho poco frecuente debido a la afectación terminal de las arterias que suele imposibilitar este tipo de cirugías.
[editar] Tratamiento
En su tratamiento es imprescindible el abandono del tabaco. La enfermedad de Buerguer mejora radicalmente con ello y es, por tanto, la piedra angular. Por desgracia la mayoría de estos pacientes son grandes fumadores de difícil deshabituación. El resto de procedimientos como simpatectomía, terapia con prostaglandinas y otras renacientes opciones terapéuticas son elementos secundarios de eficacia variada.
[editar] Pronóstico
Su pronóstico es bueno con el abandono del tabaco. En caso contrario su evolución implica la amputación de las extremidades inferiores e incluso de dedos de la mano a medio plazo.