Gregorio Aráoz de La Madrid

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BRIGADIER GENERAL GREGORIO ARÁOZ DE LA MADRID (1795-1857). Uno de los más valerosos, vehemente e intrépido militares que realizó una importante labor en la guerra de la independencia y en las luchas fraticidas de la Argentina incipiente. Nació en San Miguel del Tucumán y enrolado en la milicia de su provincia fue nombrado teniente de caballería en 1811 se pone a las órdenes del General Manuel Belgrano para luego participar de los combates del Ejército del Norte (Vilcapugio, Ayohuma, Venta y Media, y Sipe Sipe) en una arremetida personal salvó al General Francisco de la Cruz, de ser capturado por los españoles, por esta actuación es condecorado y ascendido al grado de Teniente Coronel. San Martín lo eleva al grado de Coronel y en 1818 lo nombra a cargo del Ejército del Norte como ayudante principal al siguiente año es trasladado al norte a Buenos Aires. En 1820 combatió como Jefe del Ejército del Directorio contra los caudillos Estanislao López (Santa Fe) y Francisco Ramírez (Entre Ríos) frenando el avance de éstos. En 1825 La Madrid fue enviado al norte para reclutar fuerzas para inminente guerra contra el Brasil pero, como seguidor de la causa unitaria, tomó parte de la guerra civil en Tucumán, derrocando al caudillo Javier López y suscitando temores en las provincias norteñas. La Madrid continuó en las guerras civiles pero fue derrotado y herido por Facundo Quiroga en la Batalla de El Tala. Huye hacia Bolivia luego de una nueva derrota en la Batalla de Rincón. En 1828 regresa a Buenos Aires y se une a los unitarios de su antiguo compañero de armas, el general José María Paz, luchó en La Tablada, San Roque, Laguna Larga u Oncativo venciendo a Quiroga y tomándose venganza de sus antiguas derrotas. Después que el Paz fuese capturado por los federales, La Madrid, como segundo al mando, asumió el Gobierno de Córdoba y del ejército de la Liga Unitaria; en 1831 perseguido nuevamente por Quiroga es derrotado en la Batalla de Ciudadela; La Madrid se exilia otra vez en Bolivia durante siete años. En 1840 Juan Manuel de Rozas lo convoca y lo nombra General del Ejército bajo el régimen federal enviándolo nuevamente a Tucumán, con la misión de reprimir la revuelta del norte que había dejado inconclusa su antiguo enemigo Quiroga asesinado en Barranca Yaco. La Madrid en cambio decidió unirse a los unitarios y fue nombrado Jefe de la Coalición del Norte pero poco tiempo después fue derrotado por el fraile Félix Aldao, en la Batalla de Pampa Redonda. Escapando hacia Córdoba encuentra que la ciudad se había levantado en armas contra el gobierno y La Madrid aprovecha de hacerse con el comando de las tropas de esa provincia. Más tarde se unió a las fuerzas de Juan Lavalle destinado a derrocar a Rosas, el ardid fracasó y Lavalle huyó a Jujuy, donde fue muerto. En cambio La Madrid con parte del ejército que le quedaba realizó una incursión en San Juan, con su segundo en el mando, el general Mariano Acha, fue un fracaso total, La Madrid, contando con la mayoría de sus fuerzas, se abrió paso hasta Mendoza, donde los ejércitos de Pacheco, Aldao y Benavídez coincidieron para vencerlo, el 24 de septiembre de 1841, en la Batalla de Rodeo del Medio. La Madrid y los que sobrevivieron huyeron a Chile donde recibieron amparo de Domingo Faustino Sarmiento, también exiliado de los federales. La Madrid viajó hasta Bolivia y de allí se dirigió a Montevideo dónde; se unió a las fuerzas que combatían contra Rosas. Urquiza lo nombra Comandante General y le entrega el ala derecha del ejército derrotando a Rosas en la batalla de Caseros. Al ingresar a Buenos Aires, el pueblo lo baja de su caballo y lo lleva en andas por la ciudad, otorgándole así el reconocimiento de su lucha y valor por tantos años. El Brigadier General Gregorio Aráoz de La Madrid murió en Buenos Aires cinco años después y sus restos descansan en la Catedral de San Miguel de Tucumán, su ciudad natal.