Luxemburguismo
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El término luxemburguismo se refiere al movimiento marxista revolucionario creado por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, conocido por el nombre de Liga Espartaquista, que se caracterizaba por su rechazo total de la guerra de 1914 y su defensa de la democracia obrera frente a la visión militarista del partido que atribuían a Lenin. La frase de Karl Marx la emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos era el punto de partida de sus ideas.
[editar] Historia
En origen, la corriente luxemburguista constituyó el ala izquierda del Partido Social-Demócrata Alemán (SPD), y tenía cierta influencia sobre los partidos polacos (con Leo Jogiches) y holandés (a través de Anton Pannekoek). A partir de la Primera Guerra Mundial, aparece el concepto de espartaquismo, nombre de la facción expulsada del PSD, donde militan, además de Luxemburgo y Liebknecht, Franz Mehring, Clara Zetkin y otros, que participaron en la revolución alemana de 1918 y en la fundación, el mismo año, del Partido Comunista Alemán. Rosa Luxemburgo escribió entonces:
- La revolución proletaria no tiene ninguna necesidad de utilizar el terror para conseguir sus objetivos. Detesta y repudia el asesinato. No necesita recurrir a esos medios de lucha porque no combate a los individuos, sino a las instituciones, porque no entra en la liza con ilusiones infantiles que, decepcionadas, entrañarían una venganza sanguinaria. (¿Qué quiere la Liga Espartaquista?, 14 de diciembre de 1918).
En enero de 1919, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht son asesinados, y poco después Leo Jogiches y Franz Mehring. La corriente luxemburguista, diezmada por la represión de la revolución espartaquista de 1919 dejará de existir como tal. Sin embargo, son numerosas las corrientes marxistas opuestas a la burocratización y al dirigentismo de las organizaciones sindicales y partidos tradicionales que reivindican su filiación luxemburguista. Algunas, más que de luxemburguismo, prefieren hablar de comunismo consejista o consejismo, pero todas toman de la obra de Rosa Luxemburgo la defensa de una cierta espontaneidad revolucionaria del proletariado, la defensa de la democracia obrera y la democracia interna de las organizaciones. El luxemburguismo ha sido reivindicado especialmente en los años treinta en Alemania por Paul Frolich y una parte del Partido Socialdemócrata de los Trabajadores Alemanes (SAPD), y en Francia por René Lefeuvre y las Ediciones Spartacus.