Rodrigo Rojas De Negri
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Rodrigo Rojas De Negri ( Valparaiso, 7 de marzo de 1967 - † Santiago, 6 de julio de 1986 ), fotógrafo chileno.
En verano de 1976 se trasladó a Canadá para pasar las vacaciones con su abuela, pero debió esperar diez años para poder regresar a Chile, ya que Verónica De Negri, su madre, había sido capturada por la represión militar chilena existente bajo el régimen de Augusto Pinochet, acusada de participar junto a otros activistas comunistas. Logró reunirse con su madre una vez que ella fuese exiliada y refugiada en Estados Unidos.
Durante los años que vivió en Norteamérica, convivía con comunidades latinas, estaba al tanto de las guerrillas sandinistas en Nicaragua y de la situación chilena con la dictadura militar, tocaba charango en una banda de música andina.
En marzo de 1986, ya contaba con suficientes recursos para poder trasladarse a Chile. En su equipaje llevó dos cámaras fotográficas que ocuparía para cumplir la meta que anhelaba, de retratar la vida en Chile y luego publicar un libro con esas fotos en Estados Unidos. Tenía un pasaje hasta Lima, Perú. Pasó a visitar a su abuelo en Arica.
Una vez en Santiago, se dedicaba a tomar fotografías. Su osadía sorprendía a las personas, ya que tomaba fotos de militares y carabineros sin medir las circunstancias, hablaba a viva voz en la vía pública en contra del régimen y le costaba entender que había gente que ocultaba su domicilio.
Soñaba con formalizar su militancia en las Juventudes Comunistas de Chile. Se integró a las actividades de la Facultad de Medicina Norte de la Universidad de Santiago, participando en movilizaciones y tomando fotografías.
El 1 de julio se reunió con estudiantes de la Universidad de Santiago en la Estación Central. Allí compartió con pobladores y realizaron actividades recreativas para los niños.
El 2 de julio, a las ocho de la mañana caminaba junto a un grupo de jóvenes. Portaban ocho neumáticos, un bidón de gasolina y un aparato incendiario, para hacer una barricada y detener el tránsito. Fueron intersectados por una patrulla militar, quien les persiguió y le capturó junto a Carmen Gloria Quintana. Fueron brutalmente golpeados con los fusiles, posteriormente rociados de combustibles y quemados vivos.
El teniente Sergio Fernández Dittus, jefe de la patrulla militar, ordenó que los cuerpos humeantes fueran cubiertos con frazadas y subidos a uno de sus vehículos. Posteriormente, fueron lanzados en una acequia de las afueras de Santiago, en el sector rural de Quilicura. Fueron encontrados por efectivos policiales y trasladados de urgencia a la Posta Central. El 6 de julio muere a causa de las quemaduras mortales en su cuerpo.