Sinfonía nº 9 (Beethoven)
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La Sinfonía No. 9 Op. 125 en re menor es la última sinfonía del compositor alemán Ludwig van Beethoven. Es una de las obras más trascendentales, importantes y también popular en toda la música clásica, y además de toda la historia de la música y del arte. Su último movimiento es un final coral sorprendentemente inusual en su época que se ha convertido en símbolo de la alegría y la libertad. Precisamente éste es desde 1986 el himno de la Unión Europea (UE).
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[editar] Historia
Esta obra se estrenó en 1824, aunque años antes ya había pensado en su composición. Poco tiempo atrás, la Revolución Francesa de 1789 supone la toma del poder por la burguesía, que tiene su eco en otros países europeos. Los principios ideológicos de la ilustración son recogidos también en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Las ideas de libertad, igualdad y fraternidad prenden en las nuevas generaciones que tienden a derribar el absolutismo. Desde mediados del siglo XVIII tiene lugar la Revolución Industrial. Esta industrialización crea nueva polarización entre clases (patronos y obreros) que dará lugar a nuevos conflictos sociales.
El movimiento cultural Sturm und Drang (tempestad y emoción), en las décadas finales de siglo supone la disolución de las formas cortesanas acentuando la libertad y el sentimiento y rechazando el racionalismo riguroso, anticipa lo que será el romanticismo.
Beethoven encarna el tránsito del estilo clásico al estilo romántico rompiendo el esquema cerrado de las formas musicales para adaptarlas a esta incipiente libertad individual. Es el primer músico que vive de lo que vende componiendo, creando un precedente en el oficio de compositor, despegándose del mecenazgo al que están sometidos otros músicos como Haydn y Mozart.
El 7 de mayo de 1824, diez años después de la Octava Sinfonía, Ludwig van Beethoven da a conocer al mundo su Novena Sinfonía, en re menor, posteriormente conocida como “Sinfonía Coral”. La presentación tiene lugar en el Teatro de la Corte Imperial de Viena, abarrotado de celebridades, aristócratas, nobleza y sangre real. Nadie quiere perderse el estreno de la esperada sinfonía y de la que se presume que sea la última aparición pública del genio alemán, como efectivamente así fue: en los tres años siguientes, se recluyó en casa aquejado de diversas enfermedades que lo postraron hasta su muerte. Beethoven sube a la tarima de espaldas al público, y no se da la vuelta ni aún finalizado el recital. Su sordera es total, no oye absolutamente nada de lo que ha creado. Cuando la sinfonía concluye, el teatro estalla en aplausos, y una solista ha de alzar el brazo del maestro y girarlo para que vea, entre lágrimas, como todo el público puesto en pie lo homenajea enardecido, en lo que es un triunfo musical. A los 54 años de edad, Beethoven había creado su obra más grandiosa y eterna.
[editar] Instrumentación
Utiliza una orquesta, cuarteto solista (soprano, contralto, tenor, Bajo) y coro. La orquesta está formada por piccolo, 2 flautas, 2 oboes, 2 clarinetes, 2 fagots, contrafagot, 4 trompas, 2 trompetas, 3 trombones; percusión; cuerda (violines I y II, violas, violoncelos y contrabajos). Es una orquesta clásica avanzada en la que se ha dado peso a la cuerda pero también al metal e incluso a la percusión.
[editar] Textura, ritmo, melodía, armonía
La textura es muy diversa. Sorprende el solo de bajo a modo de recitativo a penas sin acompañamiento instrumental. El tema primero es presentado como melodía acompañada también por el bajo. Al intervenir el coro, generalmente lo hace de manera homofónica. Constituye una grandiosa arquitectura musical con diversas texturas que van desde el recitativo a la doble fuga pasando por solistas, coro,etc. La letra, en alemán, está muy bien acompasada con la música, utilizando los unísonos del coro y metales para enfatizar un mensaje.
Dentro del movimiento hay diversos ritmos. Binarios y ternarios. La melodía sigue teniendo unas proporciones clásicas de 8 compases. La armonía es tonal pero ya muy desarrollada acercándose al romanticismo. Los matices de intensidad quedan repartidos en el largo movimiento, desde el pianíssimo al fortísimo pasando por las intensidades intermedias. Sin embargo predominan los fortes, expresando con vehemencia el texto en los coros. Predomina el tempo allegro. Sólo hay un adagio y un andante y sin embargo hay varios presto y un prestísimo al final.
[editar] Descripción
Género instrumental y sinfónico. Sin embargo se le llama “Coral” por la presencia del coro en la sinfonía. Es música programática porque tiene como hilo conductor un programa literario basado en la “Oda a la Alegría” de Friedrich Schiller, admirada por Beethoven y a la que pensó poner música ya en 1793.
La Novena Sinfonía arranca de forma poderosa, con un tema principal que transcurre en escalas y variaciones trepidantes, con incisos más adelante para los momentos líricos, nuevamente interrumpidos por la intensidad titánica de la composición. El volumen de la sinfonía es brutal para la época.
El segundo movimiento es calificado por algunos cronistas como “el infierno en llamas”, por su contundencia y velocidad, suavizado majestuosamente en la recapitulación. El tercer movimiento, aunque sosegado, conduce firmemente a lo que será el cuarto movimiento, que contiene una melodía fácilmente reconocible y mundialmente famosa. El movimiento comienza con breves recapitulaciones de los movimientos anteriores, a los cuales los violonchelos contestan con comentarios inicialmente pensados para la voz humana. Finalmente, el bajo irrumpe con un llamada "Amigos no en esos tonos..." tras lo cual la melodía del himno a la alegría es tocado, primero por la orquesta, y luego por el coro. Los violonchelos, las flautas y los oboes crean el clima y las voces masculinas y femeninas se alternan declamando la “Oda a la Alegría” de Schiller (de ahí lo de “Coral”), arropadas por el todo orquestal.
La sinfonía avanza y se eleva sobre sí misma, mientas los coros llegan a niveles atronadores. Una doble fuga da el contrapunto pausado que lleva al veloz y prolongado cántico final, un desenlace de sinfonía único. Beethoven quería impresionar a sus oyentes y subrayar sus propósitos de fraternidad universal, y lo logró con este movimiento, que es más bien un ejercicio operístico. El tratamiento de la orquesta, por otro lado, resulta insuperable.
[editar] Texto del movimiento coral
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