Arcosolio
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El Arcosolio era una tumba, de forma abovedada, destinada a personajes notables como santos y mártires. En estas tumbas, la parte más ensanchada o galería con arcosolios, servía de capilla funeraria. las capillas a menudo estaban decoradas con pinturas murales y esculturas. Se utilizaron con bastante frecuencia durante el siglo III en Roma.
A partir del siglo XIII se vuelve a utilizar este tipo de tumbas, situadas ahora en las paredes de las iglesias. El nicho en el que se introduce el sarcófago tiene ahora forma de arco ojival y, posteriormente, con la llegada del Renacimiento, de medio punto. En cuanto al sarcófago, sobre su tapa se coloca, a partir de un momento dado, el bulto yacente del difunto; en casos excepcionales, el bulto se representa en posición orante. En los estilos gótico flamígero, plateresco, renacentista y manierista el arcosolio se decora con gran profusión de detalles. Es Domenico Fancelli el que recupera esta tipología y como ejemplo en españa tenemos el monumento funerario que realizó para Diego Hurtado de Mendoza y que podremos encontrar en Sevilla. Fue realizado en Italia y trasladado y montado por piezas.
Uno de los mejores sepulcros bajo arcosolio españoles es el del infante Alfonso, hermano de Isabel la Católica. Fue realizado en el siglo XV por Gil de Siloé en la Cartuja de Miraflores (Burgos)