Gonzalo Guerrero
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Gonzalo Guerrero es el padre del mestizaje mexicano, se dice que nació en el puerto de Palos de la Frontera Huelva España, murió en 1536 luchando contra los conquistadores españoles al mando de Pedro de Alvarado.
[editar] Prisionero de los Mayas
En 1511 un barco de la flota de Diego de Nicuesa, al mando de Pedro de Valdivia ( no confundir con Pedro de Valdivia el conquistador de Chile), a bordo del navío Santa María de la Barca que regresaba a la isla La Española después de explorar la costa centroamericana, naufragó cerca de las costas de Yucatán, y algunos de sus ocupantes consiguieron salvarse, hubo unos veinte sobrevivientes del naufragio, entre ellos el Capitán Valdivia, Fray Gerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero.
Cuenta la historia que arribaron a Ecab poblado que dependía de un cacicazgo maya que abarcaba entre otras poblaciones Cancún, Cozumel e Isla Mujeres, fueron tomados prisioneros y los presentaron ante el Halach Uinik (cacique) de Ecab quien decidió sacrificarlos a sus dioses. Gerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero de algún modo lograron escapar hacia la selva y fueron nuevamente capturados por guerreros mayas y convertidos en esclavos del cacique de Xamanhá. Tiempo después Gonzalo Guerrero fue regalado al cacique maya de Chactemal (hoy Chetumal) llamado Nachan Can de quien se ganó su confianza, grado y afecto al grado que para 1514 Gonzalo Guerrero ya era considerado un nacom o jefe militar maya.
[editar] Los primeros mexicanos
La total asimilación de Gonzalo Guerrero en la cultura maya se dio al casarse con una mujer de la nobleza indígena, guapa y de buen cuerpo, de nombre (Zazil Há), probablemente hija del cacique Nachan Can. Los hijos de esa unión fueron los primeros mexicanos.
[editar] Rumbo a la conquista de la Gran Tenochtitlan, Hernán Cortés oye hablar de los náufragos
Cuando en 1519, rumbo a la conquista de México Hernán Cortés desembarcó en Cozumel y se enteró que había en aquellas tierras náufragos españoles, miembros de anteriores expediciones que habían sido tomados prisioneros por los mayas.
Narra Diego López de Cogolludo en su obra Historia de Yucatán (Madrid 1688).
Con el buen tratamiento del general Hernando Cortés, con no hacer los españoles daño alguno á los indios, se acabaron de asegurar todos los de la Isla, y traían buena provisión de bastimentos para el ejército. (...) Desta familiar comunicación con los indios, dice el coronista Herrera, resultó que algunos dieron á entender que cerca de aquella Isla en Tierra firme de Yucatan, había hombres semejantes á los españoles con barbas, y que no eran naturales deste reino, con que tuvo ocasión Hernando Cortés de buscarlos. Bernal Diaz (del Castillo) asigna otra causa, y dice: Que como hubiese oído el general á los soldados que vinieron con Francisco Hernandez de Córdova, que los indios les decían Castilan, Castilan, señalando al oriente, que llamó al mismo Bernal Diaz y á un viscaino llamado Martin Ramos, y les preguntó, que si era como se decía; y respondiéndole que si, dijo el general, que presumía haber españoles en Yucatan, y seria bueno hacer diligencia entre los indios. Mandó el general llamar á los caciques, y por lengua del indio Melchor (que ya sabia algún poco de la castellana, y la de Cozumél (Cuzamil) es la misma que la de Yucatan) se les preguntó si tenían noticia de ellos. Todos en una conformidad respondieron, que habían conocido unos españoles en esta tierra, y daban señas dellos, diciendo que unos caciques los tenían por esclavos, y que los indios mercaderes de aquella Isla los habían hablado pocos días había, que estarían de distancia la tierra adentro, andadura y camino de dos soles.
[editar] Hernán Cortés envía cartas a los náufragos
Grande fue el alegría de los españoles con esta nueva, y así les dijo el general á los caciques que con cartas, que les daría para ellos se los enviasen á buscar. A los que señalaron los caciques para ir, halagó y dio unas camisas y cuentas, prometiendo darles mas cuando volviesen. Los caciques dijeron al general, enviase con los mensageros rescate para dar á los amos, cuyos esclavos eran, para que los dejasen venir, y así se les dio de todo género de cuentas y otras cosas, y se dispusieron los dos navíos menores con veinte ballesteros y escopeteros, por su capitán Diego de Ordaz. Dióles orden el general que estuviesen en la costa de Punta de Cotóch (c'otoch) aguardando ocho días con el navío mayor, y que con el menor se le viniese á dar cuenta de lo que hacían. Dispusose todo, y la carta que el general Cortés dio á los indios, para que llevasen á los españoles, decía así: "Señores y hermanos, aquí en Cozumél (Cuzamil) he sabido, que estais en poder de un cacique detenidos. Yo os pido por merced, que luego es vengais aquí á Cozumél (Cuzamil), que para ello envío un navío con soldados, si los hubieredes menester, y rescate para dar á esos indios con quien estais, y lleva el navío de plaza ocho días para os aguardar. Veníos con toda brevedad: de mi sereis bien mirados, y aprovechados. Yo quedo aquí en esta isla con quinientos soldados y once navíos. En ellos voy mediante Dios la vía de un pueblo que se dice Tabasco ó Potonchán (Chakan Poton)
[editar] Llega Fray Gerónimo de Aguilar a Cozumel y se encuentra con los suyos
Los indios que llevaron la carta del general Hernando Cortés, dentro de dos días la dieron á un español, que se llamaba Gerónimo de Aguilar. Dicen algunos, que no se atrevieron á dársela á él, sino á su amo, y que receló mucho le quisiese dar licencia para irse, y que así con mucha humildad puso todo el negocio en la voluntad de su amo; medio con que hasta entónces se había conservado, y que con esto no solo le dio licencia, pero que hizo le acompañasen algunos indios, y le rogó solicitase para él la amistad de los de su nación, porque deseaba tenerla con hombres tan valerosos. Pero Bernal Diaz afirma, que al Gerónimo de Aguilar se dio la carta y rescates, y que habiéndola leído se holgó mucho (bien se deja entender el grado en que seria) y que fue á su amo con ella, y los rescates para que le diese la licencia, la cual luego dio para que se fuese donde tuviese gusto. Gerónimo Aguilar habida licencia de su amo, fue en busca de otro compañero suyo llamado Gonzalo Guerrero. y le enseñó la carta, y dijo lo que pasaba.
Dice Bernal Díaz del Castillo en su crónica Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España que a fray Gerónimo de Aguilar le: Respondió el Guerrero: "Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos. Tienenme por cacique y capitán, cuando hay guerras, la cara tengo labrada, y horadadas las orejas que dirán de mi esos españoles, si me ven ir de este modo? Idos vos con Dios, que ya veis que estos mis hijitos son bonitos, y dadme por vida vuestra de esas cuentas verdes que traeis, para darles, y diré, que mis hermanos me las envían de mi tierra."
La mujer con quien el Guerrero estaba casado, que entendió la plática del Gerónimo de Aguilar, enojada con él dijo: Mirad con lo que viene este esclavo á llamar á mi marido, y que se fuese en mala hora, y no cuidase de mas. Hizo de nuevo instancia Aguilar con el Guerrero, para que se fuese con él: diciéndole, que se acordase era cristiano y que por una india no perdiese el alma, que si por la mujer y hijos lo hacían que los llevase consigo, si tanto sentía el dejarlos. No aprovechó tan santa amonestación, para que el Gonzalo Guerrero (que era marinero, y natural de Palos) fuese con Gerónimo de Aguilar, que viéndole resuelto en quedarse, se fue con los dos indios de Cozumél (Cuzamil) al parage, donde quedó el navío.
[editar] Epílogo
Fray Gerónimo de Aguilar partió con Hernán Cortés a la conquista de México, y le sirvió de traductor puesto que hablaba la lengua maya, y junto con La Malinche que hablaba las lenguas maya y náhuatl, Hernán Cortés pudo comunicarse con mayas y aztecas.
[editar] Muerte
Gonzalo Guerrero murió de cara al sol, peleando contra los conquistadores españoles el 13 de agosto de 1536, antes que la lealtad a su patria de origen, puso por delante a sus hijos, esposa y pueblo al que se había asimilado por completo, al morir era cacique maya.