Lavapiés
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Lavapiés es el nombre de una plaza del centro de Madrid (España). Ha dado nombre también a una calle, un barrio y una estación de metro.
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[editar] Orígenes
[editar] Judería
En su origen Lavapiés fue la judería o barrio judío de la ciudad. La actual iglesia de San Lorenzo ocupa el solar que antaño ocupaba la sinagoga, que se comunicaba con la plaza de Lavapiés a través de la calle que hoy se llama de la Fe, llamada entonces calle de la Sinagoga. A partir de 1391 se reconstruyó la aljama y, por orden de los Reyes Católicos, fue rodeada de una muralla que cerraba sus puertas al anochecer. El motivo, según los historiadores, era proteger a sus habitantes más que aislarlos, pues la relación entre la judería y el concejo era por entonces excelente.
Muchas familias judías vivieron en el barrio de Lavapiés hasta los días de la expulsión, en 1492. Solo algunos judíos madrileños notables (especialmente los médicos) estaban autorizados a vivir fuera de Lavapiés, para que pudiesen auxiliar a sus enfermos durante la noche. La expulsión decretada por los Reyes Católicos dejó a Lavapiés y a Madrid sin judíos. Muchos años después, llegarían de nuevo algunos judíos de Lisboa, Egipto, Túnez y otros lugares de África.
Cerca de la calle del Salitre, en la ladera de Buena Vista, mirando al Santuario de Atocha, aparecieron vestigios de lo que pudo ser un cementerio hebreo (ya que no se encontraron en él objetos cristianos) previo a la expulsión de 1492.
[editar] Nombre
Parece que el nombre de Lavapiés podría proceder de una fuente que había en la plaza, donde se hacía el lavado ritual de las extremidades inferiores antes de acudir al templo. En cualquier caso, sí es cierto que en la plaza hubo una importante fuente hasta finales del siglo XIX. Lavapiés es el nombre original del barrio: la denominación El Avapiés, antigua, es en realidad una ultracorrección de Lavapiés, nombre más antiguo que el anterior.
[editar] Tradición
La denominación manolo y manola que se da a los castizos madrileños procede de Lavapiés, y se dice que tiene su origen en la profusión del nombre Manuel, con el que se bautizaron muchos judíos para escapar a la expulsión en 1492. Los manolos rivalizaban con los chulapos y chulapas, procedentes éstos del barrio de Malasaña. Hoy en día se suelen emplear ambos términos indistintamente para referirse a la gente vestida con el atuendo tradicional madrileño.
[editar] Abandono en la posguerra
Lavapiés fue, ya en los tiempos judíos, un arrabal, y ha mantenido ese estatus de abandono a lo largo de los años hasta fechas recientes. Da idea de su abandono el hecho de que en él se conserva la única mención a la República Española que existe en un monumento público madrileño, ya que tales menciones fueron sistemáticamente eliminadas en los tiempos de Franco. Se trata de una inscripción en la fuente de la plaza de Cabestreros. También se ha mantenido hasta tiempos recientes en estado de abandono la ruina de las Escuelas Pías de la plaza de Agustín Lara: este edificio, como otros edificios religiosos de Madrid, fue incendiado por partidarios del Frente Popular un día después del estallido de la guerra civil española, el 19 de julio de 1936, tras haber disparado algunos falangistas y sacerdotes afectos al golpe de Estado contra la multitud que pasaba por las calles adyacentes.[1] Sin embargo, a diferencia de los otros edificios, se mantuvo tal y como quedó tras el incendio hasta el año 2002, en el que se aprovecharon las ruinas para construir una biblioteca.
[editar] Transformación
A finales de los años 1980 Lavapiés era un barrio habitado exclusivamente por gente mayor, típicamente en casas viejas y de pequeñas dimensiones construidas alrededor de un patio (lo que se llama corrala, aunque su denominación correcta es la de casa de corredor). Por eso se ha hablado de "chabolismo vertical". La abundancia de casas abandonadas y de viviendas de renta baja atrajo en los años 80 y 90 a multitud de jóvenes con pocos recursos, entre ellos numerosos okupas: Lavapiés ha sido, probablemente, la zona de Madrid con mayor densidad de casas okupadas, y en ella tuvieron lugar las primeras experiencias de okupación de la capital. Hoy en día la okupación casi ha desaparecido, pero sigue siendo el barrio con mayor cantidad de asociaciones y movimiento vecinal de Madrid.
En una segunda oleada, y por las mismas razones, acudieron al barrio centenares de inmigrantes. Se calcula que alrededor del 50% de la población del barrio es de origen no español. De hecho, eventos como el año nuevo chino o el ramadán tienen casi más resonancia en Lavapiés que, por ejemplo, la navidad.
[editar] Actualidad
A finales de los 90 se inició un proceso de rehabilitación del barrio que pretendía arreglar calles y casas, por una parte, y por otra utilizar el peculiar carácter del barrio como reclamo para atraer a gente adinerada interesada en el ambiente bohemio. El plan de sustitución de la población ha tenido efecto y en los últimos años son muchos los vecinos del barrio que han tenido que abandonarlo, tanto gente mayor que ha vivido en él durante décadas como los nuevos pobladores (jóvenes e inmigrantes), incapaces de hacer frente a subidas del alquiler del 300% en unos pocos años.
[editar] Referencias
- ↑ Así lo cuenta Arturo Barea en su relato autobiográfico La forja de un rebelde, vol. III. La llama, Madrid, Bibliotex (Biblioteca El Mundo), 2001, págs. 122-124. Barea afirma que las Escuelas Pías llevaban ya algún tiempo siendo utilizadas como polvorín por la Falange, que realizaba instrucción militar en su patio bajo el manto de una asociación católica. El 19 de julio de 1936 una ametralladora disparó desde la torre hacia las calles de Embajadores y Mesón de Paredes, matando a un transeúnte e hiriendo a otros cinco.