Pedro Arrupe
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Pedro Arrupe | |
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Nacimiento: | 14 de noviembre de 1907 Munguía, Bilbao |
Fallecimiento: | 5 de febrero de 1991 Roma, Italia |
Ocupación: | teólogo, jesuita |
Pedro Arrupe (* Bilbao, 1907 - Roma, Italia, † 5 de febrero de 1991) fue un sacerdote jesuita español, quién fuera Superior General de la Compañía entre 1965 y 1983.
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[editar] Sus primeros pasos
Los padres de Pedro Arrupe, Marcelino Arrupe y Dolores Gondra, eran ambos naturales de Munguía, localidad vizcaína cercana a Bilbao. Al día siguiente de nacer recibió el bautismo en la basílica de Santiago. El primero de octubre de 1914 ingresa en el colegio de los Escolapios de Bilbao, en donde cursará el Bachillerato hasta 1922. Ingresó a la carrera de medicina en 1923 en la Facultad de San Carlos de Madrid. Las notas de su carrera fueron destacadas: en casi todas las asignaturas, sobresaliente y matrícula de honor.
El 25 de enero de 1927 ingresó en la Compañía de Jesús, en el noviciado de Loyola. Poco después de haber comenzado sus estudios de Filosofía en el monasterio de Oña (Burgos), llegó el decreto de disolución de la Compañía en España (1932). Arrupe partió al destierro con sus compañeros y profesores. Continuarán sus estudios en Marneffe (Bélgica). Para cursar Teología le envían a Valkenburg (Holanda).
El 30 de julio de1936 recibe la ordenación sacerdotal en Marneffe. En septiembre se traslada a los Estados Unidos para realizar estudios de moral médica.
[editar] La Misión en Japón
El 6 de junio de 1938 reciió una carta del Padre General destinándole a la misión de Japón, misión que había solicitado ya muchas veces a sus superiores. El 30 de septiembre embarca en Seatle rumbo a Yokohama. Después de varios meses de aprendizaje de la lengua y costumbres japonesas, en junio 1940 es destinado a la parroquia de Yamaguchi, tan llena de recuerdos de San Francisco Javier.
Al día siguiente de entrar Japón en la II Guerra Mundial, 8 de diciembre 1941, le meten en la cárcel acusándole de "espía". Le recluyen en un cuartucho de dos por dos metros. Al cabo de un mes es puesto en libertad, debido a la admiración que provocó su buen comportamiento y su conversación con carceleros y jueces. Pocos meses después le nombran maestro de novicios. Parte para el noviciado de Nagatsuka, una colina a las afueras de Hiroshima.
El 6 de agosto de 1945, a las ocho de la mañana, Arrupe fue testigo de la explosión de la bomba atómica sobre Hiroshima. Inmediatamente, convierte el noviciado en un hospital de emergencia. Más de ciento cincuenta personas, abrasadas por la irradiación, son atendidas por una comunidad que apenas cuenta con medios y elementos para ello. Más tarde, Arrupe escribió un libro sobre esta experiencia: "Yo viví la bomba atómica".
Fue nombrado superior de todos los jesuitas de Japón, con el cargo de Viceprovincial el 24 de marzo 1954.
[editar] Superior de la Compañía de Jesús
El padre Pedro Arrupe fue elegido general de la Compañía de Jesús el 22 de mayo de 1965 . Supo afrontar los tiempos azarosos y renovadores en los que entraba la sociedad humana y, muy especialmente, la Iglesia después del Concilio Vaticano II. Lleno de valor, de visión del presente y del futuro y, sobre todo, de una inquebrantable fe en Dios, tuvo que sufrir incomprensiones y contradicciones de todas partes, incluso, a veces, de las más altas instancias de la Iglesia. Pero marcó unos derroteros, hoy ya imborrables, para la Compañía de Jesús, que no dejarían de influir también en otros sectores de la sociedad humana.
[editar] La Congregación General Nº 32
El 2 de diciembre 1974 se convocó la Congregación General Nº 32. Este encuentro fue un hito fundamental en la historia de los jesuitas, sobre todo por la proclamación de que la fe en Dios ha de ir insoslayablemente unida a la lucha infatigable para abolir todas las injusticias que pesan sobre la humanidad. La Compañía de Jesús inició desde esa Congregación General N° 32 un proceso de fe al compromiso en la promoción de la justicia en todos los ámbitos de la actividad humana. Asi lo establecieron en el documento final:
Decreto 12, Una pobreza auténtica:
- «Nuestra Compañía no puede responder a las graves urgencias del apostolado de nuestro tiempo si no modifica su práctica de la pobreza. Los compañeros de Jesús no podrán oír “el clamor de los pobres”, si no adquieren una experiencia personal más directa de las miserias y estrecheces de los pobres» (n. 5)
- «Es absolutamente impensable que la Compañía pueda promover eficazmente en todas partes la justicia y la dignidad humana, si la mejor parte de su apostolado se identifica con los ricos y poderosos o se funda en la seguridad de la propiedad, de la ciencia o del poder» (n.5). Cf Evangelica Testificatio nn. 17-19
- Sentimos inquietud a causa de las diferencias en la pobreza efectiva de personas, comunidades y obras (n. 6)
- En este mundo en que tantos mueren de hambre, no podemos apropiarnos con ligereza el título de pobres. Debemos hacer un serio esfuerzo por reducir el consumismo; sentir efectos reales de la pobreza, tener un tenor de vida como el de las familias de condición modesta…examinar capítulos de comidas, bebidas, vestuario, habitación, viajes, vacaciones… (n. 7) [1]
[editar] La intervención de Compañía de Jesús y sucesión
El 7 de agosto de 1981, sufrió una trombosis cerebral que le dejó incapacitado del lado derecho. Al día siguiente, le administrarón el sacramento de los enfermos. El 26 de agosto el Papa nombró un delegado personal, un interventor, para atender al gobierno de la Compañía en la persona del jesuita padre Dezza. Se interrumpió el proceso normal de nombrar un sucesor por medio de una Congregación General. El padre Arrupe y, con él, toda la Compañía de Jesús reaccionaron con dolor pero con obediencia total a las decisiones del Romano Pontífice.
El 3 de septiembre1983, en la Nº 33 Congregación General, el padre Arrupe presentó su renuncia al cargo ante todos los Padres congregados. El padre Peter-Hans Kolvenbach fue elegido General de la Compañía. Su primer gesto fue abrazar al padre Arrupe mientras le decía: "Ya no le llamaré a usted Padre General, pero le seguiré llamando padre".
El padre Arrupe, el 5 de febrero de 1991 entregó su alma a Dios en la casa generalicia de los jesuitas en Roma.
[editar] Citas de Pedro Arrupe
¡Enamórate!
Nada puede importar más que encontrar a Dios. Es decir, enamorarse de Él de una manera definitiva y absoluta. Aquello de lo que te enamora atrapa tu imaginación, y acaba por ir dejando su huella en todo. Será lo que decida qué es lo que te saca de la cama mañana, qué haces con tus atardeceres, en qué empleas tus fines de semana, lo que lees, lo que conoces, lo que rompe tu corazón, y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud. ¡Enamórate! ¡Permanece en el amor! Todo será de otra manera.
Hombres para los demás
Nuestra meta y objetivo educativo es formar hombres que no vivan para sí, sino para Dios y para su Cristo; para Aquél que por nosotros murió y resucitó; hombres para los demás, es decir, que no conciban el amor a Dios sin el amor al hombre; un amor eficaz que tiene como primer postulado la justicia y que es la única garantía de que nuestro amor a Dios no es una farsa, o incluso un ropaje farisaico que oculte nuestro egoísmo.