Batalla de Nínive
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La Batalla de Nínive fue una decisiva batalla de la última de las Guerras Romano-Sasánidas entre el Imperio Bizantino y el Imperio Sasánida, en 627. La victora bizantina rompió la hegemonía sasánida en Oriente Medio y restauró brevemente sus antiguas fronteras en esa región.
Durante una campaña de seis años, el emperador bizantino Heraclio había conducido a los persas de Asia Menor de vuelta a sus territorios, pero el emperador persa Cosroes II aún se negaba a acordar la paz. El 12 de diciembre de 627, el grueso del ejército de Heraclio, bajo su mando personal, y las fuerzas de Cosroes, bajo el mando del general Rhahzadh, se encontraron en Nínive.
El año siguiente de esta victoria bizantina, Persia aceptó la paz bajo los términos de Heraclio.
