Diócesis de Cartagena
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[editar] La Restauración de la Diócesis (1250)
En 1243 el rey de Castilla, Alfonso X el Sabio, reconquista Murcia, y en 1245 Cartagena. Poco después, en 1250, el papa Inocencio IV restaura la Diócesis de Cartagena, nombrando como primer obispo en este período a Fr. Pedro Gallego, confesor del rey, quien permanecería al frente de la iglesia cartaginense hasta 1266.
El rey castellano dotaría a la Diócesis con cuantiosas "rentas, privilegios, casas, heredades y diversas mercedes". No es desdeñable, en el contexto del apoyo real, que el rey Sabio creó la Orden de Santa María de España, con sede en Cartagena, teniendo como Titular a la antigua patrona de la ciudad, la Virgen del Rosell.
Serían notables las disputas por rentas y preferencia en concilios con otras Diócesis, como Toledo y Tarragona, un hecho que Inocencio IV soluciona declarando a la Diócesis dependiente directamente de la Santa Sede; una excepción que finalizaría en 1492 con la creación del Arzobispado de Valencia por el papa Alejandro VI Borgia, al incluir a la Diócesis de Cartagena como parte del mismo.
El 11 de diciembre de 1266, Alfonso X decidió los límites territoriales de la Diócesis. Como no se tenía constancia de los antiguos, el rey fijó para ella los mismos del antiguo reino árabe de Murcia, con territorios de las actuales provincias de Murcia, Alicante, Valencia y Albacete.
El obispo Diego Martínez Magaz, con permiso del rey y del papa traslada en 1289 la sede diocesana a Murcia alegando la poca seguridad de la ciudad de Cartagena ante el ataque de los piratas berberiscos, conservando, eso sí, Cartagena su titularidad.
La Catedral de Cartagena esta actualmente en ruina por el bonbardeo y expolio de la guerra civil, por los dos bandos.