Elena Gago
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Su nombre completo es María Elena Fernández Gago. Pintora española nacida en La Coruña. Su fecha exacta de nacimiento resulta indeterminable, puesto que la propia artista, caprichosa, la ha variado cuando se le exige una referencia personal, y casi siempre la oculta. Si tenemos en cuenta que sus primeras exposiciones datan de 1959, podremos admitir que la de 1940, en cierto modo «oficializada», es probablemente inexacta, y habría que fijarla con más aproximación en la guerra civil.
Inicialmente se formó en su ciudad natal. Más tarde estudió composición y colorido en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en el Círculo de Bellas Artes, en Madrid. Estudió también ballet y música. Viajó por todo el mundo. Ha publicado pequeños ensayos sobre temas de arte y ha pronunciado conferencias.
Ha expuesto en numerosas ciudades españolas y en el extranjero. En concreto, en Múnich, Bruselas y Ginebra. Muy bien arropada por la crítica, acerca de su obra han escrito páginas muy bellas Camilo José Cela, Raúl Chavarri, Miguel González Garcés, Laureano Álvarez, José María Moreno Galván.
Está representada en Museos de Galicia y en importantes colecciones del extranjero. Elena Gago representa en sus cuadros un mundo de evocaciones, de ensueños, de vivencias imprecisables, a partir de un realismo minucioso y de perfección deliberadamente enfermiza. Es fácil citar a Proust a propósito de esta pintura, puesto que parece que la artista estuviera siempre «a la busca del tiempo perdido».
Trabaja con óleo en barras, y consigue unas exquisitas texturas de ambientes donde parece que no se habita, y donde la soledad es sonora. Es el de sus climas un silencio elocuente, de luces tamizadas, en tonos ocres, amarillos desvaídos, azules tenues, carmines apagados. La estructura es geométrica, medida, con abundancia de planos contrastados, de polígonos exactos. Es la elevación a categoría de cualquier cachivache, de un mueble, de adminículos domésticos. Un rayo de sol sin fuerza, una luz levísima, anegan los ambientes. El aire parece granulado, y sin embargo es sutil. Ante estos espacios, parece que precisáramos de transitarlos en susurro, sin levantar la voz, y que el sillón, la cama, el almohadón que están representados, no son cualesquiera, sino uno solo, irrepetible, aunque conserve su aspecto común. Son en fin, cosas humanizadas, como la rosa del poema de Rilke, que siendo todas las rosas es ella sola, la única.
[editar] Bibliografía
- Chávarri, Raúl: Panorama del Arte español contemporáneo. Madrid, Ibérico Europea de Ediciones.
- Mujeres en el arte español (1900 - 1984). Madrid, Centro Conde Duque, 1984.
- Cela, Camilo José: Catálogo para la exposición de la Sala Kandinsky. Madrid, 1979.
- Vangardas e silencios. Compostela, Junta de Galicia, 1988.
- II Bienal de Artistas Galegas. Vigo, Ayuntamiento, 1990.
- Álvarez, Laureano: Elena Gago, Catálogo de la exposición del Kiosko Alfonso. La Coruña, 1987.
- Mon, Fernando: La pintura contemporánea en Galicia. La Coruña, CaixaGalicia, 1987.
- González Garcés, Miguel: Artículo en Gran Enciclopedia Gallega. Vol. 14. Gijón, S. Cañada, Edit., 1974.
- Pablos, Francisco: Plástica gallega. Vigo, Caja de Ahorros Municipal de Vigo, 1981.