Eubalaena glacialis
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La ballena franca (Eubalaena glacialis) del norte fue una importante base económica de los pueblos costeros del Cantábrico.
Tiene una longitud aproximada de 18 metros, aunque puede alcanzar hasta 24, un tercio de los cuales corresponde a la cabeza. Tiene un cuerpo enorme, lo mismo que la boca, en la que cuelgan 300 o más ballenas (prolongaciones córneas, también llamadas barbas) de más de 3 metros de longitud. La piel, desnuda, es negra en el dorso y blanca en la zona del mentón. Vive en el Océano Glaciar y en la parte norte del Atlántico y el Pacífico. Debido a la gran depredación que ha sufrido hoy es bastante rara.
A pesar de los medios artesanales de caza, (chalupas y arpones), su explotación masiva, desde probablemente el siglo VIII hasta 1901, año en que se cazó la última ballena franca en Orio, provocó prácticamente su extinción.
En la Edad Media desde las atalayas de los pueblos de la costa del Cantábrico, los atalayeros daban la alarma cuando las ballenas, escapando de las aguas frías del Mar del Norte se acercaban a estas costas. Entonces se preparaban pinazas con 10 o 15 remeros y un arponero que clavaba el arpón en la cabeza del animal, comenzando una dura lucha hasta que el animal era vencido y se remolcaba hasta la costa.
Las disputas entre pueblos costeros eran comunes en la época. Las rivalidades fueron origen de numerosos conflictos y desafíos. Siendo el embrion de las actuales regatas de traineras.
Hoy en día, la ballena franca austral también corre peligro de extinción.