Frase hecha
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La frase hecha es una expresión utilizada en sentido figurado y de uso corriente en todos los niveles sociales y culturales de nuestro país.
Generalmente, se la incluye en el discurso oral y sólo excepcionalmente puede aparecer en el escrito.
Su sentido no incluye ninguna sentencia («irse a las manos») pero algunas veces equivale al proverbio, que sí expresa una sentencia («no hay que dormirse sobre los laureles»).
La frase hecha no puede ser traducida literalmente a otros idiomas (salvo pocas excepciones), pero existen expresiones equivalentes en varias lenguas.
Tampoco aceptan la sustitución de sus palabras por otras, aunque sean sinónimos: nada más inadecuado que, en lugar de decir se juntaron el hambre y las ganas de comer digamos se unieron el apetito y el deseo de ingerir, palabras que tienen casi el mismo significado pero que no adquieren el valor de frase hecha porque no son las que se han utilizado habitualmente juntas para expresar la idea original.
El refrán, por su parte, es un dicho agudo y sentencioso de uso común que suele introducirse en la conversación para ejemplificar una afirmación o como conclusión de una aseveración. Se diferencia de la frase hecha en que ésta puede no contener una moraleja, ya que bien puede limitarse a una descripción de determinada situación y por lo general, sus términos son comunes.
El proverbio se diferencia del refrán en la forma, ya que mientras éste es de tono jocoso y se lo expresa con palabras comunes y a veces groseras, aquel está expresado de una manera más seria y grave.
El modismo es el modo de hablar propio de una lengua, a veces, apartándose un poco de las reglas gramaticales, y la locución es la combinación estable de dos o más palabras que funcionan como oración.
Ejemplos: contigo pan y cebolla (frase hecha); dormirse en los laureles (modismo); tira y afloja (locución); a caballo regalado no se le miran los dientes (refrán); la caridad bien entendida empieza por casa (proverbio).