Glaucoma de ángulo cerrado
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El glaucoma de ángulo cerrado o glaucoma agudo es una enfermedad del ojo (uno de los tipos de glaucoma) que se presenta de forma abrupta y que cursa, entre otros, con dolor ocular y percepción de halos alrededor de las luces, además de náuseas y vómitos.
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[editar] Patogenia
Se puede presentar en personas que nacieron con un ángulo estrecho entre el iris y la cornea (ángulo de la cámara anterior). El ataque agudo se desencadena cuando la pupila está en midriasis mediana, esta situación puede provocar un bloqueo del paso del humor acuoso de la cámara posterior a la anterior a través de la pupila (bloqueo pupilar). El humor acuoso empuja a la periferia de el iris hacia delante, y este cierra súbitamente la malla trabecular (cierre angular) presentándose después un aumento brusco de la presión intraocular.
[editar] Factores de riesgo
Algunos de sus factores de riesgo son:
- Edad (los mayores de 50 años tienen más riesgo).
- Individuos nerviosos o estresados.
- Hipermetropía.
- Antecedentes familiares de glaucoma de ángulo cerrado.
- Uso, en pacientes con otros factores de riesgo, de medicamentos anticolinérgicos sistémicos, como la atropina (o derivados) o de simpaticomiméticos.
- Administración de midriáticos.
[editar] Clínica
Cuando no puede salir el humor acuoso, se produce un aumento de la PIO. Cuando este llega a los 30mmHg se altera la bomba endotelial necesaria para la transparencia corneal y se origina el edema corneal (visión borrosa con percepción de halos alrededor de las luces) Cuando la PIO es >40-50mmHg, aparece el dolor ocular intenso, que puede irradiarse hasta el territorio cutáneo del nervio trigémino. Aparece blefaroespasmo y lagrimeo, inyección mixta y síntomas vegetativos vagales, como pueden ser bradicardia, hipertensión arterial, nauseas y vómitos. Estos síntomas vegetativos se suelen interpretar como otra patología y no como un glaucoma, dando frecuentemente errores diagnósticos. Si la PIO supera los 80-90 mmHg se colapsa la arteria central de la retina, produciéndose isquemia retiniana, mucho dolor, disminución de la agudeza visual y una gran dureza del globo ocular al tacto. Si no se resuelve el cuadro, la lesión por isquemia se hace irreversible, dando lugar posteriormente a atrofía retiniana. El paciente puede haber sufrido con anterioridad pliegues angulares intermitentes que ceden espontáneamente, lo que da una clínica de cefalea hemicraneal. Eso se conoce como glaucoma abortivo, subagudo o cierre angular intermitente.
[editar] Tratamiento
El tratamiento, de entrada, ha de ser medicamentoso, a tres niveles:
- Diuréticos osmóticos como el manitol o acetazolamida, para disminuir rápidamente la PIO.
- Corticoides tópicos para disminuir la inflamación.
- Mióticos como la pilocarpina, para eliminar el bloqueo pupilar.
No obstante, no debe olvidarse que esta es una patología con una clara base anatómica que no hemos resuelto con fármacos. Habrá, por tanto, que realizar una iridotomía quirúrgica o con láser para evitar nuevos episodios. Además, de forma profiláctica, es necesario actuar en el ojo contralateral.