Gontroda Petri

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Gontroda Petri (también conocida como Gontroda Pérez, Gontrodo Díaz o Guntroda), (hacia 1105 - 1186), madre de Doña Urraca la Asturiana, reina de Asturias.

[editar] Familia y primeros años

Noble y bella asturiana, hija del Conde de Oviedo, Pedro Díaz de Aller y de María Ordóñez. Sobrina de Doña Jimena, y por ende de su marido Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid. Su abuelo Diego Rodríguez, duque de Asturias y conde de Oviedo, se casó con una hija de Alfonso V, la infanta Jimena de León. Es por tanto Gontrodo bisnieta del rey Alfonso V, El Noble (996-1028). Según otros estudiosos sus padres eran sólo terratenientes, pertenecientes a la nobleza rural de la tierra. Vivía en el castillo de Soto cuando en uno de sus viajes la conoció el rey Alfonso VII, El Emperador, que estaba en la región tratando de calmar una rebelión de Gonzalo Peláez. Fruto del idilio que tuvieron nació Urraca, que se convertiría en Reina de Navarra primero y de Asturias después. Tuvo ocho hermanos:

• Urraca
• Sancha
• Estefanía
• María
• Diego
• Ordoño
• Gonzalo
• Rodrigo.

Según unas fuentes (Garibay y Sandoval) era hermana de Diego Obregón perteneciente a la nobleza rural asturiana a quien Alfonso VII dio el valle de Siero. Se sabe poco de su vida en estos primeros años, aunque se dice que peregrinó a Roma. Para pagar por su desliz juvenil en 1153 fundó un monasterio en Oviedo en una vega del rey, de ahí que se llamara el Monasterio de Santa María de la Vega. Entre las posesiones de este se incluían ganado, tierras, siervos y objetos preciosos que se fueron ampliando con los años, gracias a generosas donaciones, incluidas las de Alfonso VII que se mostró generoso con su antigua concubina dándole terrenos en diversos pueblos. Empezó siguiendo la regla de Fontevrault (poco común en España), como ella quería, pero años después de su muerte el convento abandonó dicha regla. La carta fundacional data exactamente del 13 de octubre de ese año y al acto asistió acompañada por su hija.

[editar] Retirada y últimos años

Allí fue monja y vivió el resto de su vida hasta que el 26 de junio de 1186, ya abadesa, murió y fue enterrada en el presbiterio en un sarcófago de 1,04 por 0,70 metros tallado con figuras de aves y perros enlazados con tallos y follajes. El convento fue abandonado en 1854 y luego aprovechando el patio central y otras estancias se construyó la fábrica de armas. Del monasterio que fundó hoy sólo se conserva el pórtico de la capilla de Santa Bárbara. Las monjas se trasladaron al convento de San Pelayo y allí llevaron también los restos de Gontrodo. La lápida que estaba sobre su sepulcro en la iglesia del monasterio está ahora en el museo arqueológico provincial de Oviedo. Una traducción de su epitafio (el original está en latín) sería: "Oh muerte, sobrado justa, que a nadie sabes perdonar: si hubieses obrado con menos rectitud hubieras parecido más justa, pues igualando a Gontrodo con los demás mortales, con quienes no era igual por sus méritos, has quitado, con menos justicia, la vida, a quien no debías quitarla. Mas no murió Gontrodo; pasó por tu medio a una nueva vida, y es todavía la esperanza de su familia; la honra de su patria y el espejo de las mujeres. No murió, se nos escondió solamente, porque habiéndose hecho con sus méritos superior a los demás mortales, no debía estar en este mundo. Trocó la Vida de esta tierra con la del Cielo el año de la Era 1224" (Recordemos que la Era española empieza en el año 38 a. de C. cuando Augusto declara España provincia romana. Esta datación se usó desde el siglo IV hasta el siglo XV aproximadamente. En este caso a la Era de 1224 hay que restarle 38 y nos da el año convencional, 1186). Figura en la Chronica Adefonsi Imperatoris como una noble asturiana de gran belleza que fue concubina del rey con el que tuvo una hija, la princesa Urraca, se habla también de su alegría cuando se casó su hija y de como más tarde se hizo monja. Valentín de Lillo, cura de Vega y arcipreste de Aller hizo en su día un poema histórico sobre ella y su historia.