Grandmont
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Grandmont es una orden religiosa limosino nacido del eremitismo, notable por su regla y la difusión de su modelo arquitectural.
Luego de un peregrinaje por Italia donde habría encontrado a los ermitas, Etienne, originario de Thiers en Auvergne, se instala en los montes de Ambazac, a 20 Km de Limoges, en el ducado de Aquitania. Funda la ermita de Muret, hacia 1076. Es la época del regreso a una vida religiosa estricta: en 1084, Bruno funda la Chartreuse y en 1098 Robert de Molesmes funda Cîteaux. La Vita, escrita para el dossier de canonización de Etienne, lo presenta como fundador de una orden. Sin embargo continua siendo diácono : no viste los hábitos de los monjes ni los de fundador de canónigos. Etienne y sus primeros compañeros se distinguen por la elección de una vida de excesiva pobreza. El mismo prohíbe toda posesión de tierras más allá de los límites del dominio, todo animal excepto las abejas. Muret es tan poco extendido que ellos viven de los dones suscitados por su oraciones. Los ermitas practican trabajos manuales, el cultivo de subsistencia, sin regla, en sus claustros, lejos del mundo. Su fiel discípulo Hugues Lacerta trasmite su ideal de vida y su doctrina fundada en el evangelio: es la base de la Regla del Orden. Las primeras comunidades reúnen en un estricto espíritu de igualdad dos categorías muy diferentes. Primero los hermanos lais (más tardes llamados conversos) encargados de la gestión luego los hermanos sacerdotes o clérigos que llevan una vida contemplativa y dependen de los primeros: este es el origen de Grandmont. A la muerte de su fundador, en 1124, Pierre de Limoges, sacerdote, se convierte en el responsable de los hermanos (prior). Como resultado de los pleitos con sus vecinos benedictinos y sin dudas también por la decisión del obispo de Limoges, decide instalarse en Grandmont a 5 km de Ambazac. El lugar se encuentra en la frontera con las tierras del obispo y el territorio del conte de la Marche.
Una primera versión de la regla de Grandmont sería aceptada por el papa en 1156. El papa Alejandro III « confirma » la regla hacia 1171. En 1188, el papa Clemente III aprueba ese texto, una de las últimas oportunidades en la cual una nueva regla es aceptada. Hecho notable, Etienne es canonizado en 1189. El eremitismo tiende hacia el cenobitismo.
Algunos, entre los hermanos lais, pertenecen a la baja nobleza. Habituados a controlar los negocios familiares, la Regla les otorga lo temporal, fuente de la impresión de dependencia de los clérigos. El prior los elije también para dirigir las celles, pequeñas dependencias. Los clérigos «se encontraron por esta institución sumidos a los laicos que ellos tendrían que gobernar enteramente siguiendo la práctica de todos los demás religiosos ». Acusados de querer acordar lo espiritual, los hermanos lais pierden poco a poco todo el poder en un mundo que pone delante a los clérigos. Para estos últimos, la regla parece demasiado austera : los papas la suavizan. Esta evolución tiene como telón el interés de Henri II Plantagenêt por Grandmont. Se sirve de base para controlar el Limousin y sus vasallos. El mismo y sus hijos participan en la construcción de los edificios en auge del orden en Aquitania, Poitou, Anjou, Normandie, Angleterre. A las nuevas implantaciones de Plantagenêt responden las fundaciones del rey de Francia : 159 celles entre 1124 y 1274. Más del 80% de los actos de fundación se sitúan después de 1189 (fecha de la canonización) y 1216. Las nuevas fundaciones reciben rentas o diezmos, una posesión. Los Grandmontains que construyen monasterios miniatura, otra especificidad, en una parcela de una treintena de metros no viven más en el primer ideal de pobreza. Los maestros de obra difunden el savoir-faire de Grandmont en las celles. El arte se desarrolla. Imponentes edificios se erigen en Grandmont. Los mecenas comandan obras remarcables : orfebrería, vitrales, émaux, tejidos, manuscritos.
Sin embargo las disenciones persisten durante todo el siglo XIII. Por consiguiente en 1317, el papa Juan XXII reorganiza el Orden. Grandmont es elevada a abadía. El papa conserva 39 casas elevadas al rango de monasterio, cada una cuenta con una quincena de hermanos. Las otras se convierten en simples terrenos agrícolas ligadas a un monasterio o a la casa-madre. La influencia del rey de Francia sobre las abadías aumenta.
A pesar de las visicitudes de la guerra de los Cien Años, de la encomienda y de las guerras de religión, los archivos nos revelan un señorío eclesiástico que se mantiene. El mismo tiene derechos de justicia banales. A través de toda su historia es exenta de impuestos y otros derechos y beneficia de la coyuntura para incrementar su patrimonio. Durante el siglo XVII y gracias al endeudamiento de los arrendatarios vuelve a comprar o se apodera de las posesiones hasta ese momento en enfiteusis. Se habla de los « señores de Grandmont ».
Las abadías se aferran a las ideas de la Liga, acercándose a la contrareforma. Tratan sin éxito luchar contra el abandono, se aplican a grandes proyectos de reconstrucción de edificios de la abadía. Charles Frémon logra instalar la estricta observancia solo en algunas casas. El rechazo de otros religiosos y la codicia del obispo traen la supresión del Orden de mano de la comisión de los Regulares en 1772. Los emplazamientos Grandmonteses son vendidos a la Revolución. Nuevas manos para recuperar materiales hacen demoler los edificios.
Consuelo de generaciones de hombres por su auxilio espiritual o social, el mundo grandmontes, evidencia el poder de los cenobitas sobre los hombres, hábiles gestionarios. Si bien seduce por su regla, recuerdo de su origen eremita, vive en constante simbiosis con el contexto político y económico.
[editar] Enlaces externos
[editar] Referencias
- Scriptores Ordinis Grandimontensis, édited by J.BECQUET, Turnhout, 1968.
- Vita Stephani, ch.XXIII et XXVI, XXVIII, XXXII. Disciple ch. XX. Vita Hugonis, ch. 11-12. RULE : ch. 4, 9, 54, 59 Liber de Doctrina, ch. 1. J. BECQUET, « Grandmont et le droit », Études Grandmontaines, Musée du Pays d’Ussel, 1998.
M. LARIGAUDERIE- BEIJEAUD, Grandmont. de l’ermitage à la seigneurie ecclésiastique, 12e-18e siècles, sous la direction de Jacques Péret, thèse de l’université de Poitiers, G.E.R.H.I.C.O, 2004, 4 volumes.
Martine LARIGAUDERIE BEIJEAUD, « Les dépendances grandmontaines de Navarre, Estella, Tudela », Bulletin de la société archéologique et historique du Limousin, t. CXXXII, 2005. Arch. dep. de la Haute-Vienne, I SEM 10, f° 52. f° 39. « Le Bullaire de l’Ordre de Grandmont », édité par dom J. Becquet, revue Mabillon, 1956-1962., n° 5, 1156 ; n°6, 1171 ; n° 24, 1188. G. CONKLIN, « Law, church and reform: Stephen of Tournai and Grandmont », 9th International Congress of Medieval Canon Law, Munich, 13-18 July 1992.