Iconodulia
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Se denomina iconodulia a la adoración de imágenes como si fueran dioses y, por extensión, a la adoración en general de deidades menores.
Se diferencia de la Idolatría en que esta última tiene un carácter hereje, y por tanto está perseguida por la religión predominante. Sin embargo, la iconodulia no estaría perseguida, sino que sería acorde con los preceptos religiosos.
Así pues, a modo de ejemplo, para un católico sería idolatría venerar la figura de Buda o cualquier imagen o dios pagano o de otra religión. Sin embargo, para un budista, venerar a Buda o su imagen, aunque no sea para ellos un dios, no representa ningún conflicto.
Otro ejemplo lo tenemos en los ritos Marianos en donde algunos católicos veneran diversas representaciones artísticas de la Virgen María como si fueran deidades diferentes, a veces con mayor fervor que el dios principal de su religión. Sin embargo, al ser una práctica permitida se trata de iconodulia, y no de idolatría.
La iconodulia surgió en el imperio Bizantino como reacción a la iconoclastia de León III y sus sucesores.
Sin embargo para los evangélicos o protestantes la veneración de la Virgen María o cualquier otra imagen sigue siendo idolatría. Lo cual es una abominación para Dios según Éxodo 20:4-6 y Deuteronomio 5:8-10
Pero para la religión Católica, pilar y fundamento de la verdad (1 Timoteo 3, 15) y única Iglesia verdadera de Cristo, la "iconodulía" es la veneración de las imágenes ya que etimológicamente "dulía" (que viene del griego) significa "veneración" mas no adoración. Además, la Iglesia sustenta bíblicamente que tener imágenes NO es un acto de idolatría( por consiguiente no es pecado ni puede considerarselo como un error) porque Dios mismo ha mandado a construir imágenes en repetidas ocasiones (ver Exodo 25, 18-19; Exodo 26,31; 1 Reyes 6, 23-28 entre muchas otras). El verdadero error es adorar a las imágenes mas no venerarlas, como lo predica la Santa Iglesia de Cristo. Aún los ritos Marianos son actos de mera veneración puesto que la Iglesia Católica le rinde un culto de hiperdulía (suprema veneración o veneración por excelencia) a la Santísima Virgen María; por lo que estas prácticas son permitidas y, por lo tanto, no pueden bajo ninguna circunstancia ser tildadas de idolatras.
