Museo Pedagógico Nacional
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El Museo Pedagógico Nacional de Madrid fue una de las varias instituciones creadas por la krausista Institución Libre de Enseñanza (ILE). Desde su creación en 1882, su actividad no se redujo al fomento del mero coleccionismo sino que se erigió en un centro vivo de investigación educativa, de formación, asistencia técnica y proyección social. Durante los 59 años de su existencia fue un foro que desarrolló una notable influencia en la renovación de la escuela española.
Pese al fracaso del proceso revolucionario iniciado en septiembre de 1868, con la abortada experiencia republicana, los conceptos sociales que va a adquirir el tema educativo permanecerán en gran medida en el sustrato intelectual liberal burgués. La ILE, para contribuir al estudio de problemas modernos de pedagogía, fomentará en España el conocimiento de la pedagogía del extranjero y ayudará a la formación del magisterio, constituyéndose con ello en una de las piezas claves de la reforma educativa de finales del siglo XIX y comienzos de XX.
El museo atraerá a personas interesadas por la renovación pedagógica y pensionará a bastantes de ellas en el extranjero. Manuel Bartolomé Cossío (su director), Domingo Barnés Salinas (su secretario), Rafael Altamira (segundo secretario), Lorenzo Luzuriaga (inspector adscrito como encargado de publicaciones) y otros muchos colaboradores (profesores, catedráticos de universidad, etc.) impartirán cursos y pronunciarán conferencias, dirigirán seminarios, etc., en el museo. También en las colonias de verano del museo colaborarán una serie de becarios de la Junta de Ampliación de Estudios que incidirán en los aspectos anteriormente citados.
La capacidad de influencia del museo fue bastante amplia. El laboratorio de Antropología Pedagógica que en él funcionaba, los cursos de pedagogía general, de ciencias experimentales, los ciclos de conferencias, los monográficos pedagógicos (trabajos manuales, técnicas psicopedagógicas) hicieron de él un centro de referencia en la modernización del magisterio. Contará además con un Boletín Pedagógico en forma de monografía «al estilo europeo». Dicho Boletín se enviaba gratuitamente a todos los maestros del Estado llegando a tener una tirada de 30.000 ejemplares. En definitiva el museo pretendía cooperar en el progreso de la educación nacional mediante sus investigaciones, sus colecciones, sus bibliotecas (itinerantes y fija), cursos de formación del profesorado, etc.
El museo, creado por Real Decreto del 6 de Mayo de 1882, surge en la vida cultural española aprovechando el desarrollo europeo existente en esta faceta y aprovechando igualmente la abierta colaboración entre la administración educativa y los institucionalistas. A lo largo de la historia del museo se pueden observar tres fases o momentos:
- A) 1882-1894. Nacimiento y configuración.
- B) 1894-1932. Esplendor y decadencia.
- C) 1932-1941. Reestruturación y extinción.
Su apogeo, en efecto, lo conocerá a comienzos de siglo, sobre todo cuando Rafael Altamira, que fuera secretario del mismo entre 1889 y 1897, será nombrado Director General de Primera Enseñanza. A partir de entonces, entre 1911 y 1915, se incrementará la actividad docente en el museo. Al mismo tiempo, el museo empezará a colaborar con organismos próximos como la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, la Residencia de Estudiantes, el Museo de Ciencias Naturales, etc. Participará también en los cursos de perfeccionamiento para maestros e inspectores así como en la preparación pedagógica de excursiones de maestros al extranjero que realizaron la Dirección General de Primera Enseñanza y la Junta de Ampliación de Estudios.
Su paulatina decadencia comenzará en los años 20. Irá pendiendo su actividad docente, disminuirán las publicaciones y no se renovarán ediciones ya agotadas. Poco a poco quedará reducido a un centro de información centrado básicamente en su biblioteca. Finalmente, tras una cierta readaptación y potenciación en el primer bienio republicano; a partir de 1936 la decadencia es total. Como centro que reflejaba el espíritu institucionalista estaba condenado a desaparecer. El 29 de Marzo de 1941 quedó extinguido en su organización científica y administrativa, pasando su biblioteca, trabajos y material al recién creado en esos momentos de San José de Calasanz y al Instituto de Pedagogía del CSIC. Actualmente los fondos del que fuera Museo Pedagógico Nacional se encuentran centralizados, desde hace un año aproximadamente, en la nueva biblioteca de la Residencia de Estudiantes, situada en la calle Pinar 23.