Orquesta sinfónica
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En general se llama orquesta sinfónica u orquesta filarmónica a una orquesta de gran tamaño, con presencia de todas las familias de instrumentos. Para hablar de la orquesta sinfonica hay que esperar a la aparición de la sinfonía y del sinfonismo. Por ello, sólo con el desarrollo de las obras orquestales con forma sonata podemos pensar en un conjunto estándar en número y composición de instrumentos, pensado expresamente para el nuevo concepto de espectáculo musical ligado al crecimiento de la burguesía desde finales del siglo XVIII.
En la escuela de Mannheim encontramos el modelo de orquesta moderna, en el conjunto fundado por Johann Stamitz que consiguió enorme fama en toda Europa. Se caracterizaba por ser un grupo medianamente numeroso, con un buen equilibrio entre las familias instrumentales, y sobre todo por la uniformidad en la interpretación, detalles del fraseo (los famosos crescendo y diminuendo de Mannheim) y alto grado de exactitud en la dirección. Estas primeras orquestas constan de cuerda (violines primeros y segundos, violas, violonchelos y contrabajos), dos oboes y dos trompas. Poco a poco se añaden flautas, fagotes y clarinetes (especialmente por Mozart). A finales del siglo XVIII ya están también las trompetas y los timbales, siendo unos cincuenta músicos.
A este tipo de orquesta, que será el protagonista de la música de la época de Mozart, Haydn y el joven Beethoven, se le llama por esto también «orquesta clásica». La única diferencia con una «sinfónica» estará en el tamaño.
Beethoven acrecienta el tamaño de la orquesta, aumentando el número de instrumentos (en especial los vientos) e introduciendo algunos nuevos como el trombón, bombo, triángulo y platillos.
En el siglo XIX la orquesta romántica es ya plenamente la orquesta sinfónica. Aumenta el número de músicos (más de ochenta), para acomodarse a la acústica de los grandes salones de conciertos y teatros de ópera, con gran afluencia de público. Pocos instrumentos nuevos, pero aparecen variantes de los anteriores: flautín, corno inglés, corneta, trompeta baja, contrafagot, tubas de varios tamaños, arpas y una sección de percusión más variada, con el xilófono y la celesta.
Es decisiva la influencia de las obras de Berlioz, y más su Gran Tratado de Instrumentación (1843). Otras figuras influyentes serán Liszt y Wagner.
Los compositores tardo-románticos continúan aumentando el tamaño de la orquesta, hasta límites exagerados como Richard Strauss (Electra), Schönberg (Gurrelieder) y Mahler (Sinfonía 8 "De los Mil").
El siglo XX mantiene todos los tipos de orquesta anteriores, en todos sus tamaños. Como novedades aparece el piano como parte de la orquesta (no solista), se suma el órgano, la percusión añade una gran variedad de instrumentos, y la inclusión de elementos electrófonos.