Planto
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El planto (o llanto) es un tipo de elegía, propio de la Edad Media, en que el poeta lamenta el fallecimiento de un ser querido.
En la literatura castellana, el primer ejemplo de elegía funeral o planto que aparece es el Planto que fizo la Virgen el día de la Pasión de su Fijo, de Gonzalo de Berceo. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, incluyó un planto por la muerte de Trotaconventos en su Libro de Buen Amor (siglo XIV). Las Coplas a la muerte de su Padre de Jorge Manrique (siglo XV) suponen la máxima expresión del género, ya al fin de la Edad Media.
Algunos poetas españoles del siglo XX trataron de revitalizar el género, en especial el grupo generacional de 1927, siguiendo su directriz de unir tradición y vanguardia. Así, por ejemplo, el Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, de Federico García Lorca o la Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández:
- Un manotazo duro, un golpe helado,
- un hachazo invisible y homicida,
- un empujón brutal te ha derribado.
- No hay extensión más grande que mi herida,
- lloro mi desventura y sus conjuntos
- y siento más tu muerte que mi vida.
- Ando sobre rastrojos de difuntos,
- y sin calor de nadie y sin consuelo
- voy de mi corazón a mis asuntos.
- Temprano levantó la muerte el vuelo,
- temprano madrugó la madrugada,
- temprano estás rodando por el suelo.
- No perdono a la muerte enamorada,
- no perdono a la vida desatenta,
- no perdono a la tierra ni a la nada.
- En mis manos levanto una tormenta
- de piedras, rayos y hachas estridentes
- sedienta de catástrofe y hambrienta.
- Quiero escarbar la tierra con los dientes,
- quiero apartar la tierra parte
- a parte a dentelladas secas y calientes.
- Quiero minar la tierra hasta encontrarte
- y besarte la noble calavera
- y desamordazarte y regresarte.
- Volverás a mi huerto y a mi higuera:
- por los altos andamios de mis flores
- pajareará tu alma colmenera.
- (Miguel Hernández, siglo XX)