Revolución del Quebracho
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La Revolución del Quebracho fue una desigual batalla que se produjo entre el 30 y 31 de marzo de 1886 entre las fuerzas revolucionarias que nucleaban a partidarios blancos y colorados, al mando de José Miguel Arredondo y Enrique Castro contra el gobierno del tirano Máximo Santos.
[editar] Acontecimientos
El enfrentamiento fue llegando cada vez más inevitablemente. Por un bando estaban Francisco Antonio Vidal preparando sin pudores la continuidad de Santos, nuevo senador del artificialmente creado departamento de Flores.
Por otro lado, la Junta Revolucionaria actuando en Buenos Aires con representantes de los tres partidos a su frente: con el colorado Lorenzo Batlle, con los blancos Juan José de Herrera y Martín Aguirre, con el constitucionalista Gonzalo Ramírez y con la poco explicable presencia del discutido Coronel Gaudencio, Jefe político montevideano de Pedro Varela en los años primeros del proceso dictatorial.
Entre el 30 y el 31 de marzo se llevó a cabo la desigual batalla, por unos denominada del Quebracho, y por otros de Punta de Soto. Y se dio el desenlace esperado. Cuando cesó el fuego, los revolucionarios tenían más de 200 muertos y más de 600 prisioneros.
[editar] Consecuencias
A pesar de la derrota, otros vientos comenzaban a soplar y no era ajeno a ellos el estado de opinión que se iba formando en el país y que el heroico acto de los revolucionarios contribuía a exaltar. Máximo Tajes perdonó a los prisioneros y heridos, hombres de los tres partidos, entre los que figuraba en distinguido conjunto personalidades destinadas con el tiempo a ocupar la presidencia como José Batlle y Ordóñez y Juan Campisteguy.
Si bien se perdió la batalla, el pueblo no se sintió vencido; todo lo contrario. Cada vez, en el ánimo de todos, Santos caía en mayor desprestigio.
El 17 de agosto de 1886, fue invitado a una función de gala por la artista lírica Eva Tetrazzini que protagonizaba la ópera "La Gioconda".
Cuando Santos iba a ingresar en el teatro, el teniente Gregorio Ortiz le disparó un tiro a quemarropa, destrozándole el rostro, pero salvó su vida. Ortiz intentó huir a pie pero, a las pocas cuadras, ante la evidencia de que iba a ser alcanzado, se suicidó pegándose un tiro en la cabeza. Esta muerte precipitó aún más los acontecimientos.
En el año 1886 Vidal es electo y nuevamente renuncia, volviendo Santos a ocupar la Presidencia de la República.
Pero, poco tiempo duró en el desempeño de ese cargo porque, a fines de ese año, luego del balazo de Ortiz, con su salud quebrantada, emprende un viaje a Europa con el objeto de encontrar alivio a sus dolencias.
[editar] Referencia bibliográfica
- Méndez Vives, Enrique (1990), Historia Uruguaya Tomo V, Montevideo. Editorial Banda Oriental.
- Nahum, Benjamín (1994), Manual de Historia del Uruguay 1830-1903, Montevideo. Editorial Banda Oriental.