Teoría de las signaturas
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Con la expresión Teoría de las signaturas, a veces “Teoría del signo”, se alude a la convicción, presente tanto en la medicina antigua como en la medicina popular de muchos países, de que las plantas, los animales o los minerales llevan a menudo sobre sí los signos que permiten conocer sus virtudes.
Se atribuye a Paracelso, enfrentado con la medicina galénica, la introducción de esta teoría precientífica o protocientífica, según la cual Dios puso en cada ser natural las señales necesarias para que, desde el principio, se sepan sus virtudes terapéuticas. Algunos ejemplos de aplicación de la teoría en la farmacopea del Renacimiento:
- El trébol común (Trifolium pratense), contra las cataratas, por la mancha blanca de sus foliolos.
- Los dátiles (frutos de Phoenix dactylifera) para el corazón, por la sección acorazonada del hueso.
- Las viboreras (Echium spp.) contra las picaduras de serpiente, por la forma del fruto, semejante a la cabeza de una víbora. El nombre del género procede de la palabra griega para víbora.
- Los bulbos gemelos de las orquídeas, para la generación (Orchis es el griego para testículos). Como cada año la planta crece consumiendo un bulbo a la vez que crece su sustituto, se distinguen sus virtudes. Para tener descendencia masculina, el varón debe consumir el bulbo grande; para tenerla femenina, la mujer debe consumir el bulbo pequeño.
- La decocción de las raíces del rosal silvestre (Rosa canina), contra la mordedura del perro rabioso y sus consecuencias. La señal es la forma de los aguijones, semejante a los colmillos del perro.
- El edelweiss, para promover la producción de leche, tanto en las vacas como en las mujeres, por su color enteramente blanco.
- El beleño (Hyoscyamus niger) contra el deterioro de la dentadura. Su sahumerio haría saltar los gusanos desde las caries, según se explicaba tradicionalmente. El signo es la forma de los cálices, semejante a la de una muela con sus raigones.
- El culantrillo (Aspleniun trichomanes) contra la caída y el encanecimiento del cabello, por los raquis de sus grondes, largos, oscuros y sinuosos como cabellos.
- La hepática (Hepatica nobilis=Hepatica triloba)), para los males del hígado, por la forma trilobulada de sus hojas, a menudo teñidas por las antocianinas con un color sanguíneo.
Lo cierto es que una creencia espontánea en una relación entre los rasgos de las cosas, especialmente visuales, y sus utilidades secundarias parece encontrarse en la generalidad de las culturas. Así la convicción de que el polvo de cuerno de rinoceronte soluciona los problemas de erección masculina, muy extendida en Asia, es la causa que con mayor probabilidad provocará la extinción de estos animales.
[editar] Referencias
- Font Quer, P. (1962).Plantas medicinales : el Dioscórides renovado. Labor, Barcelona.