Arco compuesto
De Wikipedia, la enciclopedia libre
El arco compuesto es un arma muy antigua; fue perfeccionada interminablemente hasta el Siglo XVII por pueblos asiáticos y árabes. Tenía mucha más potencia que cualquier arco simple y era más ligero, pero también bastante más costoso y frágil.
A finales del Paleolítico se empleaba el arco sencillo. Con el curso del tiempo se fueron desarrollando de forma cada vez más eficaz, como el arco largo inglés. El arco compuesto está un escalón por encima en cuanto a complejidad: su cuerpo no está hecho de una sola pieza, sino de varios materiales que, combinando sus propiedades mecánicas, aseguran una potencia y alcance mucho mayores que las del arco simple.
[editar] Estructura
Un arco compuesto posee un alma de madera, revestida con asta, normalmente de búfalo o cabra, al interior del arco, y al exterior con tendón. Las tres partes están encoladas con pegamentos de origen animal y su unión, reforzada con tiras de cuero o bandas de corteza mojada que, al secarse, se contrae y refuerza la unión.
Al tensar la cuerda, el cuerpo se dobla y el asta del vientre se comprime, mientras que los tendones del dorso se estiran. Las propiedades mecánicas de ambos materiales conspiran entonces para devolver el arco a su posición inicial: el asta comprimida, con un elevado coeficiente de restitución, busca expandirse, mientras que el tendón estirado busca contraerse, con una fuerza cuatro veces superior que la de la madera sola. Al soltar la cuerda, la energía acumulada es mayor que si el arco fuera de un solo material, y la velocidad de propulsión de la flecha es también superior. El núcleo de madera proporciona la forma del arco y el soporte para el adhesivo, pero juega un papel menor en su acción física.
Los arcos compuestos más elaborados tienen una forma invertida: sin tender, su curvatura es inversa a la que adoptan al ser encordados. De este modo, el mero acto de colocar la cuerda ya fuerza la estructura del arco, cargándolo de energía potencial; al tensarlo se le da aún más fuerza de propulsión.
[editar] Ventajas y desventajas
El alcance efectivo en combate de un arco simple empleado en masa oscila en torno a los 175-200 metros, mientras que el del compuesto ronda los 300 m. Aunque en ambos casos las distancias en combate normalmente debían ser mucho menores, 60-150 metros más o menos, con una cadencia de seis disparos por minuto.
Sin embargo no todo son ventajas, el arco compuesto era un arma muy elaborada; un buen arco tardaba un año en completarse, para dar tiempo al adecuado secado de la cola. Por otro lado, estos arcos eran muy sensibles a la humedad, que afectaba al pegamento orgánico. Probablemente por ello los arcos compuestos no fueron populares en la Europa húmeda, alcanzando su máximo desarrollo entre los pueblos euroasiáticos y del Próximo Oriente.