Arte visigodo
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Los visigodos se hacen presentes en España a principios del siglo V, si bien no consolidan por entero su condición de gobernantes del reino hispano-visigodo hasta un siglo después.
Las manifestaciones artísticas de este pueblo germano asentado en la Península Ibérica, en especial las de carácter arquitectónico, no se producen plenamente hasta entrado el siglo VII, pudiéndose hablar a partir de este momento y con propiedad de un arte visigodo.
[editar] Arquitectura visigoda
Del siglo VI casi sólo cabe mencionar la pequeña iglesia de San Cugat del Vallés, en Barcelona. Aunque muy deteriorada, muestra una planta de nave única que termina en un ábside. Del siglo siguiente son las de San Pedro de la Nave, San Juan de Baños, Quintanilla de las Viñas, cuya traza se repetirá luego en otros templos posteriores pertenecientes al «estilo de repoblación» (mal llamados «mozárabes»), como son los de San Cebrián de Mazote (Valladolid), San Miguel de la Escalada (León) , Santiago de Peñalba (León), en el prerrománico asturiano y el románico zamorano. Por lo demás, en esta época se sigue básicamente la tradición paleocristiana en la arquitectura religiosa.
No son muchas las construcciones visigodas que subsisten, y de ellas prácticamente ninguna que pudiera contarse entre las grandes realizaciones en los núcleos metropolitanos como Toledo, Sevilla o Mérida. Las que han llegado hasta hoy son, en general, ermitas o templos rurales de segunda categoría. No obstante pueden servir para entresacar algunos de los caracteres propios del arte edificatorio visigodo. Serían éstos:
- Preferentemente planta basilical o de cruz griega, y a veces una conjunción de ambas disposiciones. Espacios muy compartimentados.
- Ábside rectangular al exterior. A cada lado podía existir un recinto destinado a sacristía (prótesis y diakonikón). La capilla se separaba del resto del templo mediante un iconostasio.
- Arco de herradura generalmente sin clave, de tradós vertical en la zona peraltada, elevación de 1/3, y salmer y primeras dovelas de planos horizontales.
- Uso de columnas y pilares como soportes. Capiteles corintios muy simples o troncocónicos invertidos, con gruesos cimacios que anclan en los muros.
- Cubrición mediante bóvedas de cañón o de arista, además de cúpulas sobre los cruceros.
- Muros de sillería formada por grandes bloques prismáticos aparejados a soga y tizón en seco (more gothico), ocasionalmente alternando con ladrillo al modo romano.
- Decoración a base de frisos de roleos, esvásticas y temas vegetales y animales.
- Pequeños pórticos a los pies o en los laterales.
Como edificios más representativos pueden relacionarse los siguientes:
- San Pedro de la Nave (Zamora)
- Santa Comba de Bande (Orense)
- San Juan de Baños de Cerrato (Palencia)
- Cripta de San Antolín de Palencia
- San Pedro de la Mata (Toledo)
- Santa María de Quintanilla de las Viñas (Burgos)