Carta real
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Una Carta Real, en derecho anglosajón, es una carta del monarca otorgada para conferir legitimidad a una corporación, ya se trate de una ciudad, una compañía, una universidad o cualquier otra clase de corporación.
En la Europa medieval el comercio sólo se podía ejercer en las ciudades y las Cartas Reales eran el único modo de conferir a un núcleo de población el estatus de ciudad. De hecho, el año en que una ciudad conseguía que se la dotara de una Carta Real, era considerado el año en que esa ciudad era “fundada”, con independencia de si antes de ello ya había habido asentamientos en la misma.
En los países de la Commonwealth una Carta Real es una carta otorgada por el Soberano, en el ejercicio de su prerrogativa real y siguiendo la recomendación de su Consejo Privado, que crea u otorga un especial estatus a una determinada corporación.
En cierta época la obtención de una Carta Real era el único modo en que una corporación podía constituirse, aunque hoy día hay otras vías para la consecución de este fin, tales como la inscripción de las compañías mercantiles en el correspondiente registro.
Entre las corporaciones históricas constituidas mediante el otorgamiento de la correspondiente Carta Real pueden citarse la Compañía Británica de las Indias Orientales, la Compañía Peninsular y Oriental de Navegación a Vapor e, incluso, las propias Colonias inglesas de América del Norte.
Se estima que cerca de 400 corporaciones que cuentan con una Carta Real son ciudades. También cuentan con esta distinción la BBC, algunos teatros tales como el Royal Opera House y el Theatre Royal, gremios profesionales, las más antiguas universidades británicas y algunas instituciones profesionales y benéficas.