Cazador de sanguijuelas
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Un cazador de sanguijuelas es alguien que se dedica a limpiar las aguas vecinales de estos anélidos. Este oficio, que nació en la Edad Media, y que aún se da en algunas partes del mundo, consiste en recogerlas en un recipiente o pasearse, con las piernas descubiertas, por los pantanos o lagos infestados de sanguijuelas. Una vez que las piernas están llenas de ellas, el cazador sale del agua, se quita las sanguijuelas y las quema, o bien las vende para sangrías o cebo. Como no todas las sanguijuelas son hematofagas y son iguales a simple vista, es una forma sencilla de identificar a las especies para sangría. Prácticas como ésta, han llevado a la extinción de muchas especies animales inofensivas y beneficiosas para el ser humano, como muchas especies de sanguijuelas no parásitas que se alimentaban con las larvas de mosquitos vectores de epidemias.
Las sanguijuelas están protegidas en numerosos países por su disminución, consecuencia de la destrucción de su habitat y la polución. Al final del siglo XIX, mas de 50 millones de sanguijuelas medicinales poblaban los pantanos y estanques de Francia. Hoy en día está extinta en estado salvaje. La desecación y polución de humedales, los pesticidas, la introducción de especies exoticas... han exterminado esta especie y hecho raras a la mayoría. Pocas personas en Europa occidental, han visto nunca una sanguijuela en su medio natural.