Cine de Bélgica
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El cine de Bélgica comienza a hacerse conocer, gracias a distinciones, en particular, al Festival de Cannes, mientras que mucho tiempo vivió en la sombra de otras obras cinematografías, especialmente la de Francia donde numeró de realizadores y protagonistas iban a proseguir su carrera.
Además Bélgica es un pequeño país en el centro de Europa, en el centro de dos culturas: latina y germánica, y a las tres lenguas nacionales: el francés, el neerlandés y el alemán (minoritario).
A partir de 1797, Étienne Robertson, un científico y artista, m. en el punto una clase de linterna mágica llamada "Fantascope". Con este aparato que permite a las sombras proyectadas cambiar de forma gracias a embriones de movimiento, presenta fantasmagorías que hacen sensación.