Criptógama
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En Botánica sistemática se llama criptógamas (Cryptogamae en latín) a todos los vegetales (es decir, organismos estudiados por la Botánica) que no son plantas fanerógamas. El nombre latino, Cryptogamae, deriva de las raíces griegas χρυπτός (kryptos) y γάμος (gamos), que significan respectivamente, 'escondido' y 'unión sexual'. Alude a que, a diferencia de lo que pasa en las fanerógamas (Spermatophyta), los órganos de la reproducción sexual no eran conocidos, habiéndose observado sólo la multiplicación por esporas. Con el tiempo nuevas observaciones, a menudo con el auxilio necesario del microscopio, permitieron conocer en la mayoría de esos grupos la forma que adoptan la formación de gametos y la fecundación.
En el concepto caben grupos como los hongos, los diversos grupos conocidos como algas y la parte de los embriófitos (plantas terrestres) que carece de semilla, incluidos por ejemplo los musgos, los licopodios y los helechos.
El avance del conocimiento ha hecho reconocer que el concepto de criptógama tiene tan poca utilidad sistemática como el de vegetal, de forma que carece actualmente de cualquier valor científico. Se sigue usando a veces en la clasificación de la parte sistemática de los libros de texto, en los nombres de algunos departamentos universitarios o en las secciones de los viejos museos. Aparece también todavía en el título de algunas revistas científicas, como Cryptogamic Botany, publicada en Stuttgart.