Fiesta de disfraces
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Antes de organizar una fiesta de disfraces, hay que asegurarse de que los potenciales asistentes tienen ilusión por secundarla y de que todos ellos pueden conseguir un disfraz sin demasiado esfuerzo. En zonas con arraigada tradición carnavalesca, no se encontrará demasiada resistencia entre los invitados. Sin embargo, en otras localidades y entre personas no habituadas, es necesario un gran deseo de diversión para acceder a vestirse de manera extravagante. Hay que tener en cuenta que este tipo de celebraciones exigen mucho mayor esfuerzo al invitado, ya sea económico (si tienen que comprar o alquilar el traje) o físico (si deciden elaborarlo ellos mismos). A ello, hay que añadir la vergüenza de salir y entrar en su domicilio de una guisa muy particular, que no todo el mundo acaba de asumir.
Salvando estos obstáculos, las fiestas de disfraces constituyen una de las modalidades más divertidas de convite que se puede plantear. A los alicientes habituales y a la diversión inherente a todo sarao, en éstas hay que añadir la emoción del preparativo del disfraz, así como la sensación del ridículo que se puede llegar a padecer.
Después del sondeo preceptivo entre los invitados, y para darle mayor formalidad, se puede confirmar la asistencia con una tarjeta personal enviada por correo. Para ello, compra unas cartulinas de colores y córtalas en pequeño formato. Luego, fabrícate una plantilla con el texto que quieras imprimir. Con la ayuda del ordenador o de algún recorte de prensa, añade un dibujo alusivo a los disfraces en la parte superior de la misma: unas máscaras de carnaval, un arlequín, el retrato de El zorro, etc. Luego, escribe un texto imaginativo y entusiasta que no deje lugar a dudas sobre la obligatoriedad de vestir disfraz para acudir a la fiesta.
Si se quiere realizar un completo reportaje gráfico de las invenciones de los invitados, el mejor momento para disparar la cámara es el de su llegada. En ese momento es posible captar los disfraces en todo su esplendor, cosa que no ocurrirá seguramente unas horas más tarde. Es bueno reservar, no obstante, parte del carrete para tomar todo tipo de escenas espontáneas que puedan presentarse durante la fiesta.
Estas son las modalidades más habituales de fiestas de disfraces:
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[editar] Fiesta de disfraz colectivo
Si el número de invitados lo permite, puede ser interesante organizar una fiesta de disfraces en grupo. El elemento diferenciador radica en que todos los invitados deben unirse en grupos y disfrazarse, sin excepción, de un tema común. Esto no quiere decir que todos sus miembros deban vestirse exactamente igual, al estilo de las murgas gaditanas. La intención es que formen un cuadro único dentro del cual todos tengan su sitio.
Por ejemplo, si un grupo decide acudir con el tema de "Romanos", no necesariamente tienen que ponerse todos una túnica blanca y adornarse la cabeza con una corona de laurel. Más bien, al contrario, unos pueden hacer de patricios, otros, de plebeyos, algunos pueden ejercer de legionarios, etc.
Una vez avanzada la fiesta y cuando todo el mundo haya admirado ya sus respectivas galas, se hace hueco en la sala y se pide a los grupos que representen una pequeña escena que tenga relación con el disfraz escogido. Es muy conveniente haberles prevenido de este hecho en días anteriores a la celebración, de modo que no tengan que improvisar delante del público. Las representaciones no tienen que resultar demasiado elaboradas para no aburrir al público ya que el principal objetivo del número es dar la oportunidad de contemplar al grupo al completo, observar detenidamente sus disfraces y disparar unas cuantas fotos. Entre actuación y actuación, y mientras se preparan otros actores, se debe subir el volumen de la música, rellenar las copas o pasar una bandeja con canapés. Lo importante es que no decaiga la fiesta en ningún momento.
Una variación divertida consiste en hacer interpretar una canción a cada grupo. Al proponerlo, unos días antes de la fiesta, seguro que se recibe alguna queja y algún gesto de contrariedad. Sin embargo, superadas las primeras reticencias, la experiencia suele resultar altamente divertida para todos los intérpretes. Generalmente, son los propios participantes los que echan mano de su imaginación para elaborar las composiciones. Pero en el caso de que la inspiración no se manifieste, se puede proponer un tema genérico. En este sentido, los temas de actualidad o de revistas del corazón constituyen un buen recurso.
Una vez concluidas las representaciones, cada grupo deberá votar al que considere que mejor lo ha hecho (excluyéndose a sí mismo). El grupo ganador debe salir a escena a recibir la ovación del público y, si se considera pertinente, repetir su interpretación. Por supuesto, todos ellos se llevarán a casa un bonito premio (aunque sea de poco valor).
[editar] Fiesta de disfraz parcial
A veces, los invitados no tienen la edad o la disposición necesaria para vestir sus cuerpos con un disfraz completo. Si este es el caso, pero no quieres renunciar al disfraz, se puede optar por la solución intermedia de solicitar un disfraz parcial, es decir que sólo cubra una parte del cuerpo.
La zona más habitual suele ser la cabeza en donde caben gorras,boinas, plumas o pelucas. Sin embargo, también tienen una buena acogida otros miembros como las manos, el brazo, el cuello, etc. De este modo, los asistentes evitarán muchas de las incomodidades del disfraz completo sin tener que renunciar definitivamente a los encantos de la transfiguración. No cabe duda que, para ellos, esta solución resulta más barata, más fácil de lucir y más rápida de imaginar, exigiéndoles, además, un menor esfuerzo sicológico de pasar un mal trance en público. Como disfraz parcial se considerará toda prenda, postizo o complemento que se destaque de los utilizados habitualmente: una cinta, unos guantes de época, unas plumas de pato, un brazalete, etc. Si muchos de los invitados forman pareja, es divertido solicitar disfraces en dúos, de modo que los dos miembros de las mismas incorporen elementos parecidos o complementarios. Por ejemplo:
- gorro de pato/gorro de cazador
- cinta de india/plumas de indio
- pareja de hawaianos
- etc.
Para el supuesto de que alguno de los invitados se quiera escaquear (siempre hay alguno que lo intenta) se deben tener preparados algunos complementos y se les colocan en cuanto entren por la puerta. Si lo que se ha pedido es un disfraz de cabeza, hay que conseguir sombreros, pasamontañas o gorros de paja. En su defecto, coge unas hojas de periódico y fabrica unos sombreros de papel. De este modo, conseguirás que hasta los más reticentes vayan disfrazados en tu fiesta. Una interesante variedad de disfraz parcial se da en la denominada fiesta del peinado en la que todos los invitados deben modificar la estética de su cabellera de la manera más extravagante posible. Avisa a los interfectos de que quien no cambie su pelo, se expone a verlo rociado con aerosol de diversos colores, que tú habrás comprado para la ocasión.
Como en el caso anterior, hay que organizar una votación al final de la fiesta en la que se corone al invitado mejor disfrazado. Como cualidades a puntuar, se valorará el buen humor, la originalidad, así como el trabajo invertido en la elaboración del disfraz.
[editar] Fiesta de disfraz de tema único
También se puede dar nombre a la fiesta con un título genérico que obligue a todos los invitados a la elección de un disfraz de la misma temática. Este título puede ser cualquiera siempre que logre mantener el espíritu lúdico y divertido de la celebración. Por supuesto, es necesario escoger asuntos lo suficientemente amplios o familiares para que todos los invitados encuentren algo que ponerse. A continuación, exponemos algunas fiestas de este tipo:
- Fiesta del pijama. Cada cual debe acudir a la fiesta enfundado en un pijama, camisón o salto de cama.
- Fiesta del hortera. Cada invitado debe ir vestido lo más hortera posible. Para lograrlo con éxito, son aceptables prendas como gorras con visera, zapatos de rejilla, pantalones de leopardo, palillos mondadientes, tatuajes explosivos, transistores, etc.
- Fiesta travestida. El disfraz queda a la elección de los invitados siempre que represente a un personaje del sexo opuesto.
- Fiesta adulta/infantil. Los invitados deben vestir como personas de edades antagónicas a las suyas: los niños-jóvenes como adultos o ancianos y los adultos, como niños.
- Fiesta romana, griega o egipcia.
- Fiesta del terror.
- Fiesta años 20.
- Fiesta del rock & roll.
- ///Fiesta de los años 80
- ///Fiesta de la orgia ..
- Etc.
[editar] Fiesta del color
Todo el mundo debe vestir íntegramente con prendas de un color escogido previamente: blanco, negro, rojo, azul, etc. Cualquier color es apto, siempre que resulte relativamente sencillo encontrar prendas teñidas en el mismo. Si se pide rosa, violeta o bermellón, la respuesta del público será verdaderamente escasa. En caso de que parezca demasiado complicado que los invitados consigan conjuntos de un solo tono, puede limitarse a que vistan alguna prenda de dicho color.
[editar] Fiesta de máscaras
Todos los invitados deben llevar una máscara para acudir a la fiesta. Es decir, todos ellos deben ocultar tras una máscara, al menos, la parte superior de su rostro, fundamentalmente, el entorno de los ojos. Es imprescindible que dicho postizo forme parte de un disfraz de cuerpo entero, pues, de lo contrario, el engaño quedaría un poco desangelado. Por lo demás, resulta indiferente que tus amigos se escondan detrás de caretas, pañuelos, antifaces o cualquier otro adorno de fabricación casera.
[editar] Véase también
Los disfraces mas chachondos de [Penyapork Fornoles]