Heliogábalo
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Sexto Vario Avito Basiano Marco Aurelio Antonino (Emesa, Siria, c. 204-Roma, 222) Emperador romano entre 218 y 222.
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[editar] Procedencia
Hijo de Sexto Vario Marcelo y de Julia Soemia Basiana, Heliogábalo o Elagábalo pertenecía, por parte de su tía Avita Mamea, a la familia de los Severos, que llevaba el nombre de su fundador, el emperador Septimio Severo. Sus antepasados eran sacerdotes hereditarios del dios El-Gabal, con santuario en Emesa (hoy Homs) en Siria. Del nombre de la piedra sagrada de este santuario deriva el nombre con que este emperador entró en la historia.
Heliogábalo, aún muy joven, escogió su propio nombre, deseando característicamente denominarse Elagábalo, una deidad erótica de los fenicios. De niño, honraba ya a este dios y a otros dioses fálicos, interpretando ritos con contenido homosexual. También de manera precoz, fue atormentador de animales, afeminado, y ardiente amante y pasivo pederasta.
Muchos de los «vicios imperdonables» que se le atribuyen probablemente sean fruto del intento de diversas fuentes por atacar su persona después de muerto.
Heliogábalo era notablemente bello, afirman los historiadores, y cuando aparecía con su lustroso y largo cabello, ataviado con ricos vestidos femeninos, incluso los hombres se sentían subyugados por su aspecto.
Al ascender al trono imperial de Roma, Heliogábalo inició su carrera casándose sacrílegamente con una vestal. Aparte del deleite que le ofreció la idea de esta ceremonia, no fue de ninguna utilidad para la joven, a la que poco después rechazó. Al revés que muchos de sus predecesores, que fueron bisexuales, o heterosexuales, Heliogábalo era homosexual*. Gustando de los casamientos, también realizó un complicado ceremonial en Roma, donde la deidad priápica Baal fue casada simbólicamente con Juno, la diosa de los fornicadores y las rameras.
Ante el Senado Romano, convocado en sesión especial para aquella ocasión, celebró ritos obscenos en honor de su dios, Elagábalo, matando animales y muchachos. Éstos eran mutilados y sus falos presentados a Elagábalo, arrojándolos a una pira para sacrificarlos al dios.
Fascinado por la idea de castrarse, o de realizar la operación, Heliogábalo ofreció una recompensa inmensa al médico cuya destreza fuera suficiente para transformarle en mujer. No pudiendo hallar a ningún cirujano que quisiera intentar el proyecto, se vio obligado a sustituirlo por la circuncisión, que estaba muy lejos de ser el remedio para su feminización quirúrgica.
Como otros anteriores emperadores romanos, vagaba por las calles de la ciudad, después de anochecido, disfrazado como mujer, ofreciendo su cuerpo a los desconocidos para el intercambio físico. A veces, visitaba los burdeles, revelaba su identidad, arrojaba a las prostitutas, y contentaba a los clientes.
Para las ocasiones en que no podía salir, estableció un burdel especial en el palacio donde, ataviado como mujer, estaba en el umbral y solicitaba intercambio sexual con los que pasaban por el corredor. Al final se enamoró de un esclavo de colosal estatura llamado Hieracles. Entonces, lo mismo que Nerón, ordenó otro casamiento, en el que él sería la mujer que se uniría al esclavo. Acto seguido, tuvo lugar una impresionante escena de desfloración y luna de miel.
Heliogábalo acabó por estar tiranizado por este ardiente gigante, siéndole fiel, de acuerdo con su estado, y efectuando los deberes domésticos así como los eróticos de una buena esposa. Pero fue su grotesca pasión por Hieracles lo que selló su destino. Concibió la fantástica idea de abdicar en favor de su esclavo, lo cual le habría convertido en emperador, mientras él, Heliogábalo, habría reinado como emperatriz.
Este plan fue la gota que hizo desbordar el vaso de agua. El emperador Heliogábalo fue asesinado sin ceremonias y su cuerpo arrojado al río.
- Heliogábalo volvió a casarse, seguramente por otros motivos que los sexuales.
[editar] Gobierno
Llegó al poder porque su abuela, Julia Mesa, sobornó a los militares y extendió el rumor de que era el hijo ilegítimo de Caracalla. Así fue proclamado emperador el 16 de mayo de 218 desplazando a Macrino que también pretendía el trono. Para subrayar su legitimidad adoptó el nombre de Caracalla, Marco Aurelio Antonino.
Macrino envió cartas al senado arguyendo que la presunta ascendencia de Heliogábalo era falsa y alegando locura en su rival. Así consiguió que Heliogábalo fuese abandonado por los dos cónsules, por el jefe de los pretorianos y que el senado declarase la guerra, a él y a Julia Mesa. Sin embargo fue readmitido tras la derrota y el posterior asesinato de Macrino en junio de 218 mediante una amnistía general del senado.
Luego el senado consagró a Julia Domna y a Caracalla, y a Julia Mesa y Julia Soemia se les otorgó el título de "Augusta" reconociéndolas como emperatrices. La memoria de Macrino y de su hijo Diumediano fue condenada y eliminada.
[editar] El poder imperial
Pronto se demostró que las prácticas y convicciones religiosas del nuevo emperador iban a ser un problema. En 218 hubo unas primeras revueltas de ciudadanos de Nicomedia, disgustados por los nuevos ritos. Para acostumbrar a los romanos a un sacerdote oriental como emperador, Julia Mesa hizo mandar un retrato de Heliogábalo a Roma y levantarlo encima de la estatua de la Victoria en la casa del senado. Así siempre que se hacían ofrendas a la diosa, los senadores tenían que hacer al mismo tiempo reverencia al emperador.
La salida del emperador desde Asia Menor hacia Roma se retrasó porque hubo que sofocar levantamientos menores. La corte llegó finalmente a Roma en otoño de 219. Se otorgaron cargos importantes y lucrativos a los partidarios de Julia Mesa y de su nieto, enfadando a muchos senadores que consideraron poco respetables a los nuevos dueños de los cargos. Heliogábalo intentó también nombrar a sus amantes masculinos para posiciones importantes. Quiso nombrar César a Hierocles y asignar el puesto de Cubiculario a Zoitco.
En un principio los lazos de Heliogábalo con Julia Mesa y Julia Soemia eran fuertes. Su madre y su abuela se convirtieron en las primeras mujeres admitidas en el senado y recibieron títulos senatoriales. Se dio el título de Clarissima a Julia Soemia y el de Mater Castrorum et Senatus a Mesa. Su abuela intentó establecerse como poder en la sombra, pero pronto quedó en evidencia que Heliogábalo tenía ideas propias y era imposible de controlar.
[editar] Convicciones religiosas
Desde la época de Septimio Severo se había extendido por el imperio el culto al sol. Heliogábalo vio en ello una oportunidad de establecer su dios, El-Gabal, nombrado al "Sol invictus" (El sol invicto) como principal deidad del panteón romano incluso por encima de Júpiter. Como esposas de El-Gabal se consideraron Astarte, Minerva o Urania o una combinación de las tres. Heliogábalo mismo forzó su matrimonio con la virgen y sacerdotisa de Vesta, Aquilia Severa, provocando así la ira de la ciudadanía romana. En esta boda hizo sacrificar 51 tigres.
En honor de la piedra sagrada de El-Gabal, un meteorito negro con forma de cono, inició la construcción de un templo —el Elagaballium—, en la parte Este del Palatino, cuyos cimientos se mantienen hasta hoy. Hablando de esta piedra, Herodiano el Estoico dijo: «esta piedra es venerada como si hubiese sido enviada desde el cielo, sobre ella hay algunos trozos sobresalientes y unas marcas a las que apuntan, respecto de los cuales el pueblo pretende creer que son una imagen del sol, porque es así como los ven». Con el objeto de ser el sumo sacerdote de El-Gabal, Heliogábalo se hizo circuncidar. Herodiano relata que forzó a los senadores a contemplar su danza ante el altar de El-Gabal al toque de tambores y címbalos y cada solsticio de verano instituyó un gran festival para la deidad al que asistían las masas y donde se distribuía comida en abundancia.
[editar] Matrimonio y orientación sexual
La orientación sexual de Heliogábalo ha sido objeto de controversias. Se casó 5 veces. De sus mujeres se conoce el nombre de tres: su primera mujer Julia Cornelia Paula, la segunda la vestal Aquilia Severa y de Ania Faustina de la familia de Marco Aurelio. Más adelante volvió con Severa, aunque su relación más duradera parece haber sido la que mantuvo, según el historiador Dión Casio, con el esclavo y auriga de su carro Hierocles a quien incluso nombró su marido. Algunos historiadores le atribuyen por lo tanto tendencias homosexuales.
En el 222 ofreció una fortuna al médico que pudiese operar sus genitales para convertirle por completo en mujer, con la intención de nombrar emperador a Hieracles, convirtiéndose así en emperatriz.
[editar] La caída del poder
Las excentricidades de Heliogábalo y especialmente su costumbre de forzar a los demás a participar en sus ritos religiosos convencieron a Julia Mesa de que debían ser apartados del poder, él y su madre, Julia Soemia, que había apoyado a su hijo en sus prácticas. Así se dirigió a su otra hija Julia Avita Mamea y a su hijo de 13 años Alejandro Severo. Consiguió que este último fuese adoptado por Heliogábalo como heredero. Luego lo preparó para tal fin, fomentando a la vez su popularidad entre el pueblo. Cuando Heliogábalo se dio cuenta y mandó asesinar a Alejandro, ya era tarde: Julia Mesa había sobornado a los pretorianos antes de que se ejecutara la orden; Heliogábalo y Julia Soemia fueron asesinados el 11 de marzo de 222. Sus cuerpos fueron arrastrados por las calles de la ciudad y finalmente arrojados al Tíber. Tras su muerte, sus edictos religiosos fueron revocados y la piedra de Emesa devuelta a su origen.
A finales del siglo XIX, Heliogábalo se convirtió en héroe del movimiento decadente.
Precedido por: Macrino |
Emperadores Romanos | Sucedido por: Alejandro Severo |
[editar] Enlaces externos
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