Historia del Tíbet
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[editar] Prehistoria
Según los restos arqueológicos encontrados en el Tíbet, se supone que sus primeros habitantes humanos aparecieron 10.000 años adC. Sin embargo, debido al carácter nómada de las tribus tibetanas, no es hasta hace 2.300 años cuando empiezan a tener una clara presencia en la historia de Asia. Es en aquél punto cuando aparece el rey Nyakhri Tsampo, que instaura una dinastía militar que se expande por la altiplanicie tibetana, entre los reinos de China, India, Nepal, Birmania y Bhután.
[editar] Dinastía de los 30 reyes
Esta dinastía se mantuvo hasta que, 30 reyes después, el mítico rey Songtsen Gampo (siglo VII) asumió el poder. Con este rey, el Tíbet llegó a su máxima expansión, logrando tener 40 millones de habitantes y expandiendo sus fronteras hasta entrar en China y tomar Chang’an (Xi’an) en el año 763. El rey Songtsen Gampo se casó con dos princesas budistas, una de origen chino y otra de origen indio. Esto le permitió conocer ambas civilizaciones y, también, el budismo Mahayana. El País de las Nieves, hasta entonces un estado feudal (17 feudos), fue convertido por este rey en una nación más pacífica. Envió estudiantes a India, donde aprendieron el sánscrito y empezaron a traducir al tibetano la vasta literatura budista. A finales del siglo VIII se invitó al maestro Padmasambhava (literalmente nacido del loto), también conocido en el Tíbet como Guru Rinpoché (maestro precioso), a enseñar la filosofía budista. Es gracias a estos dos personajes que se introdujo el budismo en el Tíbet. Los tibetanos consideran a Guru Rinpoché como el segundo Buda después de Shakyamuni, año 2500 adC. El emperador Trisong Detsen y el maestro Padmasambhava construyeron templos como el Jokhang o Ramoche (ambos en Lhasa, nueva capital tibetana) así como numerosos monasterios.
En el año 821, Tíbet firma un tratado de paz con China. El budismo es perseguido durante años y el rey Yeshe Oe es capturado para que abandone sus ideologías y enseñanzas. Éste rey estaba intentando convencer al maestro indio Atisha para que fuera al Tíbet. El sobrino del rey, Jangchub Oe, envió traductores y otras gentes hasta que lograron que Atisha visitara el Tíbet. En el Tíbet, Atisha compuso Una luz en el camino, obra de gran valor espiritual de la que deriva una tradición de enseñanzas muy importante. Bajo la influencia de Atisha (que vivió en el Tíbet entre 1042 y 1055), las enseñanzas volvieron a florecer, se construyeron más monasterios y se concluyó la traducción de textos budistas, dando paso a la producción de textos propiamente tibetanos. Gracias al peso de esta Política de la No-Violencia, se impidió el surgimiento de nuevas dinastías. Las instituciones monásticas empezaron a ganar poder mientras que las familias nobles que gobernaban lo iban perdiendo.
[editar] La escuela Geluk
El Lama Tsongkhapa inició un renacimiento espiritual del budismo tibetano y creó la escuela Geluk, conocidos también con el nombre de gorros amarillos. Je Rinpoché (lama Tsongkhapa) comenzó tradiciones y fiestas muy importantes en la cultura tibetana como el Monlan Chenmo (Gran Festival de las Oraciones), festividad que se celebró hasta el 1960, cuando los chinos restringieron las actividades religiosas en el Tíbet.
[editar] Historia reciente
En el siglo XV la cantidad de militares disminuyó y la de monjes aumentó. Un discípulo de Je Tsongkhapa, Gendun Drupa, empezó a liderar la nueva escuela; en aquella época se impartieron nuevas doctrinas, se construyeron más monasterios, se compusieron textos nuevos. Tras la muerte de Gendun, un niño fue reconocido como su reencarnación. Cuando éste murió se volvió a encontrar su reencarnación; el niño fue llamado Sönam Gyatso. En 1573 visitó Mongolia y el emperador Alta Khan le dio el título de Dalai (maestro tan extenso como el océano). Sönam, al ser la tercera reencarnación de Gendun, pasó a ser conocido como el Tercer Dalai Lama. El Tíbet se puso bajo la protección de Alta Khan y los Geluk-pa gobernaron.
En el siglo XVII, el quinto Dalai Lama (Lobsang Gyatso el Grande) fue proclamado rey del Tíbet y fundó los palacios de Ganden y Potala. Desmilitarizó totalmente el país y consiguió que el emperador de los manchú, Shun Chih, garantizara la independencia completa del Tíbet. La pacificación y desmilitarización de los mongoles por parte de los tibetanos fue una de las mayores transformaciones de la historia.
El XIII Dalai Lama Thubten Gyatso (1876-1933) inició la modernización del Tíbet; pero al comienzo del siglo XX, el coronel británico Younghusband forzó al gobierno tibetano para que aceptara un tratado comercial con India el cual sólo beneficiaba los intereses británicos. Inglaterra envió tropas al Tíbet con la excusa de una creciente influencia Rusa y el Dalai Lama huyó a Mongolia hasta 1911. En 1906 se estableció un tratado bilateral anglo-chino por el cual el imperio chino adquirió el reconocimiento de su soberanía en el Tíbet a cambio del pago de una gran cantidad de dinero a los británicos, quienes retiraron sus tropas. Un años más tarde, en 1907, Inglaterra y Rusia firmaron un acuerdo de no-injerencia en los asuntos tibetanos. Los chinos habían intentado invadir el Tíbet, mas fueron frenados.
El XIV Dalai Lama Tenzin Gyatso nació en Amdo cerca de China en 1935 y dos años más tarde fue reconocido como la reencarnación del decimotercer Dalai Lama del Tíbet. A causa de la invasión china, tuvo que asumir el poder de su país a los 16 años de edad, el 17 de noviembre de 1950. La República Popular China (RPC) había anunciado que iría a liberar al Tíbet de los invasores extranjeros y reanexionarla a la Tierra Madre un año antes. No obstante, por aquél entonces solamente había seis extranjeros en tierra tibetana. Mao Tse Tung envió 80000 soldados e implantó un programa de mejora de las comunicaciones, también construyó carreteras y aeropuertos con fines militares. La presencia militar y la ocupación era cada vez más represiva.
El 10 de marzo de 1959 surgió una enorme sublevación armada, que fue financiada por CIA . Los tibetanos, por miedo a que le pasara algo a Su Santidad el Dalai Lama, se sentaron alrededor del Norbulingka, donde éste se encontraba. El Dalai Lama recibió una invitación a un teatro chino con la condición de que fuera sin escolta; últimamente, todos los dirigentes tibetanos que habían aceptado no habían vuelto. Tal fue la petición del pueblo para que el Dalai Lama se fuera, que una noche disfrazado de soldado y sin gafas huyó entre la multitud que rodeaba el palacio y caminó por los Himalayas junto a otros dirigentes hasta llegar a India. Después de su fuga, los chinos aplastaron la manifestación y bombardearon las plazas, matando a más de 200.000 tibetanos. Sin esconder sus deseos de asesinar al Dalai Lama, registraron los cadáveres uno por uno y no lograron encontrar a Su Santidad. Miles de tibetanos siguieron el camino del Dalai Lama y marcharon a India, donde se establecieron. En Dharamsala (en el estado de Himachal Pradesh, al norte) se asentó el gobierno tibetano en el exilio.
Desde la ocupación china, 120.000 tibetanos se han visto forzados al exilio y se estima que un millón doscientos mil han muerto.