Juana de Belleville
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Juana de Belleville, apodada la Tigresa bretona, nació hacia 1300 en Francia, se convirtió en corsaria en el Siglo XIV por venganza. Se casó con Geoffroy de Chateaubriant y contrajo segundas nupcias con Olivier III de Clisson.
Este último fue condenado en el año 1343 a la decapitación por felonía, por el rey de Francia, Felipe VI de Francia. Habiendo retornado a París para participar en los torneos, fue llevado a los tribunales por su apoyo a Juan de Montfort contra Carlos de Blois, cuñado de Felipe VI y pretendiente al trono del ducado (ver Guerra de Sucesión de Bretaña).
La mujer no pudo perdonar al rey su crueldad y que Carlos de Blois se hubiera involucrado en aquella muerte que ella consideraba como un asesinato. La cabeza de Olivier había sido enviada a Nantes y puesta sobre una pica a las afueras del castillo de Bouffay. Juana se sintió destrozada al contemplar ese espectáculo y juró vengarse.
Un gran número de señores de Bretaña abrazaron su causa y junto a ellos, comenzó una guerra sin cuartel contra el rey y Carlos de Blois. Considerando que el rey había actuado a traición, ella decide, para vengarse, adquirir con sus bienes, un barco para hacer una guerra marítima en contra de los navíos comerciales franceses. Luego de algunos combates, en que les provocó serias pérdidas, pierde su barco en un naufragio.
Para poder continuar la lucha, ella volvió a casarse otras dos veces y habría seguido contrayendo nupcias si ello hubiera servido a sus propósitos. Refugiada en Inglatera con sus dos hijos, se casó con Walter Bentley, teniente del rey Eduardo III de Inglaterra en Bretaña y capitán de las tropas inglesas que combatían para Juan de Montfort contra Carlos de Blois.
Finalmente hastiada de la vida agitada, se retira a Hennebont, cerca de la condesa y del joven conde de Montfort.
Blain ya no le pertenecía, el castillo había sido embargado con todos sus bienes y adjudicado a Luis de Poitiers, así como una casa en los suburbios de Nantes.
Uno de sus cinco hijos, el futuro Olivier IV de Clisson, a pesar de haber crecido en la corte de Inglaterra, servirá a Carlos V y se convertirá en condestable de Francia.
Juana de Bellenville murió el año 1359, probablemente en Inglaterra.
