Maurice Ohana
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Compositor francés de origen español nacido el 12 de junio de 1913 en Casablanca y fallecido en París el 13 de noviembre de 1992. Siendo supersticioso, afirmó durante toda su vida haber nacido el año 1914. Su origen es judío sefardí, aunque su padre era andaluz gibraltareño y su madre andaluza. Aunque nació en Marruecos y vivió en Francia desde los años 30 en adelante, era de ciudadanía británica debido a que su padre había nacido en Gibraltar. No obtuvo la nacionalidad francesa hasta 1976. Algunas fuentes opinan que su cercanía con el entorno cultural hispano, francés y norteafricano explica su relativa falta de importancia en el mundo anglosajón.
Estudió primeramente arquitectura, pero la abandonó en favor de su carrera musical, en principio como pianista. Formado en París, en Roma con Alfredo Casella y Barcelona, volvió a Francia en 1946. Por esta época fundó el grupo Zodiaque, que se oponía al dogma musical imperante: no sólo a la tradición musical austro-germánica, sino también al serialismo y al neorromanticismo francés del momento. Su obra incluye música sinfónica, de cámara, coral e instrumental. El estilo musical muestra la influencia mediterránea, de la música popular y en concreto del cante jondo andaluz.
Entre ellas, cabe citar el oratorio Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1950), la ópera de cámara Syllabaire pour Phèdre (1967), el Anneau du Tamarit, para violoncelo y orquesta (1977), Concierto para piano y orquesta (1981) y La Celestina (1988). Otras obras son Office des Oracles y Avoaha (1992), tres cuartetos de cuerda (1963, 1980, 1989); dos suites para su invención (la guitarra de diez cuerdas), Si le jour paraît... (1963) y Cadran lunaire (1981-2); y por otra parteTiento (1957) para guitarra de seis cuerdas. Para el clavicémbalo escribió entre otros Chiffres de clavecin (1968) y Sacral d'Ilx para clave, oboe y trompa.
La contribución de Ohana se extiende a prácticamente todos los géneros vocales e instrumentales. Tuvo mucho que ver con el renacer que el clavicémbalo tuvo en el siglo XX (por ejemplo, su ópera La Celestina) y sus innovaciones consisten en la escala con tercios de tono (para la cual inventó la cítara de tercio de tono) y la guitarra de diez cuerdas, que inventó. También favoreció al piano en sus composiciones y para la música vocal escribó óperas, óperas de cámara y música de teatro, además de obras no dramáticas. En sus últimos años se concentró mayormente en la producción vocal. De esta época, según algunos, datan sus composiciones más personales. Compuso su epitafio en el Canto del cisne (1987–8).
