Micrófono de carbón
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El micrófono de carbón fue inventado por David Edward Hughes en 1878.
Se trata de un micrófono de zona de presión donde el carbón (antracita o grafito) al que se refiere el nombre, está en su interior en un compartimento cerrado cubierto por la membrana. Estas partículas de carbón actúan como una especie de resistencia. Al llegarle una onda sonora a la placa, ésta empuja a las partículas de carbón que se desordenan provocando una variación de resistencia y por tanto una variación de la corriente que lo atraviesa reflejo de la presión de la onda sonora incidente.
Este tipo de micrófono han sido y son muy utilizados en telefonía, porque su respuesta en frecuencia, entre 200 y 3.000 Hz, es ideal para captar la voz humana. No obstante, quitando las aplicaciones en telefonía y áreas relacionadas (porteros automáticos, etc), son unos micros muy poco utilizado porque generan bastante ruido y su respuesta en frecuencia es irregular. No son, en absoluto, recomendables para radiodifusión.
No todo son inconvenientes, como ventajas: gran sensibilidad, baja impedancia y precio (son muy baratos).