Misterioso asesinato en Manhattan
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| Título | Misterioso asesinato en Manhattan |
| Ficha técnica | |
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| Dirección | Woody Allen |
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| Producción | Robert Greenhut |
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| Guión | Woody Allen Marshall Brickman |
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| Música | Música |
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| Fotografía | Carlo DiPalma |
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| Reparto | Woody Allen Diane Keaton Alan Alda Anjelica Huston Jerry Adler Lynn Cohen |
| Datos y cifras | |
| País(es) | Estados Unidos |
| Año | 1993 |
| Género | Comedia negra |
| Duración | 104 minutos |
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| Ficha en IMDb | |
Misterioso asesinato en Manhattan es la exploración de Woody Allen en el género de suspenso, siempre en un tono cómico y con muchos de sus actores habituales, como Alan Alda y Diane Keaton. De hecho, esta fue la primer película en que Keaton trabajó con el cineasta -con quien tuvo una relación amorosa- desde 1979, cuando filmó Manhattan (a pesar de que hace un muy breve cameo en Días de radio de 1987).
Da la impresión de que algunas escenas fueron improvisadas por los actores dada la naturalidad de estas, además de los pocos cortes de edición. El final en un cine que proyecta Perdición de Billy Wilder es uno de los más celebrados del cineasta neoyorquino.
[editar] Argumento
Larry (Allen) y Carol (Keaton) son una pareja que viven en unos apartamentos en Nueva York y tienen como vecinos a una pareja de edad avanzada. Unos días después de conocerla, la anciana muere, pero Carol sospecha que se trata de un asesinato por parte del marido. Con este supuesto, se lanzan en un paranoico viaje por las calles de la metrópoli para resolver el crimen. Allen deja salir su más neurótica personalidad, con sus célebres one-liners y un poco de comedia física.
[editar] Nota
Al principio de la película, Larry y Carol van a ver "Perdición", pero el final está claramente inspirado en "La dama de Shangai" (1948), de Orson Welles.
[editar] Crítica
Misterioso asesinato en Manhattan fue rodada un año después de Maridos y mujeres, y un año antes de Balas sobre Broadway. Escrita por Marshall Brickman y el propio Allen, con una excelente fotografía a cargo de Carlo Di Palma retratando perfectamente el Upper East Side de Manhattan, ciudad de New York, y una no menos esplendorosa banda sonora con temas tan interesantes como el introductorio I happen to like New York de Cole Porter, o fragmentos del Holandés errante de Richard Wagner. Un homenaje también del cineasta semita al cine negro con claras referencias a algunos paradigmas del género como Perdición, de Billy Wilder, La dama de Sanghai, de Orson Welles, o La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock.
A detectives. Eso es a lo que nos propone jugar Allen en esta comedia detectivesca para la que se rodea de viejos amigos y compinches, como Diane Keaton, Alan Alda, Angelica Huston o Jerry Adler. Pese a tratarse de una inquietante historia de crímenes y sospechas en Manhattan, es evidente que no estamos ante la típica película de misterio. Eso lo sabremos desde el principio: no existe una palpitante fotografía, ni hay una banda sonora de chirriantes melodías; no hay personajes caricaturizados, ni extractos de ‘film noir’. En definitiva, no existen elementos a los que agarrarnos para decir que ésta película es una más.
Al divorciado Ted (Alan Alda), su amigo Larry (Woody Allen) le busca pareja, y la encuentra en Marcia Fox (Anjelica Huston), escritora de su editorial. Carol (Diane Keaton), la desocupada mujer de Larry, inquieta y fabuladora, irá descubriendo (ayudada por todos los citados y otros más) en los vecinos de piso una oscura trama de dinero y muertes. Así pues, el aburrimiento matrimonial es el detonante de una espiral de encuentros y desencuentros con una incógnita que resulta tan estimulante como original: ¿Por qué dudar de un encantador vecino? Porque no es normal que abandone su apartamento de madrugada. La instigación marujil de Diane Keaton comienza como un juego para el espectador, convirtiéndose en el esqueleto de una película que, sin embargo, nos retrata las desilusiones y baches comunes en un matrimonio. Las dudas acerca del futuro en común, las preguntas sobre las costumbres de pareja y su repetitiva pesadez, o cómo un misterio cercano puede elevar nuestra simple curiosidad a un nivel de audacia nunca sospechado son las vértebras de la historia. El cadáver exquisito de la señora House, mientras tanto, sobrevuela la trama constantemente.
Así pues, Misterioso asesinato en Mahattan es una de las películas más geniales y ocurrentes de Allen, plagada de diálogos inteligentes y sesudos que harán las delicias de los aficionados al cine del genio neoyorkino. Sin duda alguna, una de sus obras maestras y también una de las más carismáticas. Especial hincapié en la química existente entre el dueto protagonista, interpretado por Allen y Keaton, antigua pareja sentimental en la vida real. Allen, como de costumbre, vuelve a interpretar su personaje fetiche: lleno de manías, hipocondrías y claustrofobia, y cuya famosa escena en el ascensor ha sido una de las más recordadas y celebradas.
En definitiva, unas interpretaciones desternillantes y conmovedoras, una historia intrigante, personajes perfilados al milímetro y un final que se clava en la retina convierten una idea aparentemente disparatada en una exótica mezcla de géneros que Woody Allen hace suyos con maestría. Diane Keaton inmensa, Woody Allen como siempre, y, a parte de un genial Alan Alda y un villano más que interesante (Jerry Adler), está Angelica Huston, con su cara de sota salvando la situación. Inolvidable.
