Pathos
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Pathos es un vocablo griego (πάθος) que puede tomar varias acepciones.
- Es uno de los los tres modos de persuasión en la retórica (junto con el ethos y el logos), según la filosofía de Aristóteles.
En la retórica de Aristóteles, el pathos es el uso de los sentimientos humanos para manipular el juicio de un jurado. Un uso típico sería intentar transmitir a la audencia un sentimiento de rechazo hacia el sujeto de un juicio para intentar con eso influir en su sentencia. En este sentido se puede decir que crear en la audencia un sentimiento de rechazo hacia el sujeto juzgado, al margen del hecho que se está juzgando es, en el sentido etimotológico de la palabra, crear un argumento patético.
- Se puede utilizar este término para referirnos al sufrimiento humano normal de una persona; el sufrimiento existencial, propio del ser persona en el mundo y contrario al sufrimiento patológico o mórbido. Significa también pasión, desenfreno pasional no patológico pero inducido.
- En la crítica artística la palabra pathos se utiliza para referirse a la íntima emoción presente en una obra de arte que despierta otra similar en quien la contempla.
- Se puede definir como: «todo lo que se siente o experimenta: estado del alma, tristeza, pasión, padecimiento, enfermedad».
- Concepto ético referido a todo lo recibido por la persona, biologica y culturalmente.
Dentro del binomio Eros - Pathos , se entiende como la bipolaridad permanente de Amor - Muerte, del ciclo genésico que enlaza con el sufrimiento del amor, o con el amor sufriente:
El juego del amor es un sistema bastante complejo en que están presente estrategias como el engaño, la traición, los celos. Son dimensiones que ocultan una fuerza muy precisa pero elusiva: el odio. El famoso verso de Cátulo "Odio y amo" representa un conflicto siempre presente en las relaciones, aunque pocas veces se asoma al umbral de la conciencia. El ejercicio clínico enseña que allí donde existe un sentimiento, también toma vida y conciencia su contrario. Los opuestos, que con su interacción laceran al individuo, constituyen la dinámica secreta de la vida. El amor reclama, exige incluso, la copresencia del odio. Esta terrible dualidad fue sintetizada por La Rochefoucauld (1665) en una de sus máximas: "El amor, si se le juzga por la mayoría de sus efectos, se asemeja más al odio que a la amistad. (Eros y Phatos, Matices del sufrimiento en el amor. Aldo Carotenuto, Editorial Cuatro Vientos, s/a )