Plug-and-play
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Plug-and-play (conocida también por su abreviatura PnP) es la tecnología que permite a un dispositivo informático ser conectado a un ordenador sin tener que configurar jumpers ni proporcionar parámetros a sus controladores. Para que eso sea posible, el sistema operativo con el que funciona el ordenador debe tener soporte para dicho dispositivo.
La frase plug-and-play se traduce como enchufar y listo. No obstante, esta tecnología en la mayoría de los casos se describe mejor por la frase apagar, enchufar, encender y listo.
No se debe confundir con Hot plug, que es la capacidad de un periférico para ser conectado o desconectado cuando el ordenador está encendido.
[editar] Breve reseña histórica
Con anterioridad a esta tecnología, los ordenadores personales disponían de ciertas capacidades de ampliación mediante periféricos gracias al bus ISA y similares.
Sin embargo, la incorporación de un periférico a dicho bus requería conocimientos de electrónica y arquitectura de ordenadores ajenos a la mayoría de los usuarios. Estos conocimientos incluían la manipulación de jumpers y la configuración del controlador del dispositivo (direcciones de entrada/salida, interrupciones, etc.). Además, una incorrecta preparación del dispositivo solía derivar en conflictos con otros periféricos y, en definitiva, un malfuncionamiento del ordenador.
Por este motivo, distintos fabricantes de la industria decidieron formar un consorcio con el objetivo de promover un estándar de industria que simplificara el uso de periféricos.
Esto requería innovaciones tanto en el hardware como en el sistema operativo. Ambos debían estar diseñados para esta tecnología.
El primer sistema operativo en incorporar plug-and-play fue Windows 95 de Microsoft. No obstante, la realidad de este sistema operativo respecto a las prometidas bondades le hizo valerse el apelativo de Plug-and-pray (enchufar y rezar) entre los usuarios.
[editar] Requerimientos
Los periféricos plug-and-play deben estar completamente libres de jumpers y de interruptores. Esto no es absolutamente cierto en la realidad. Afortunadamente, la mayoría de los dispositivos funcionan correctamente con su configuración de fábrica.
El dispositivo también debe ser capaz de "anunciarse" por sí sólo al sistema operativo. De esta manera, el propio sistema operativo es capaz de cargar los controladores adecuados.
Finalmente, el dispositivo debe ser totalmente configurable desde el controlador del sistema operativo. Lo que incluye la selección de su rango de direcciones de entrada/salida e interrupciones a utilizar. Esto evita la intervención del usuario. Anteriormente, esta asignación era responsabilidad de la BIOS del ordenador, requiriendo una configuración manual en el sistema operativo.