Prêt-à-porter
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- Para otros usos de este término, véase Prêt-à-porter (desambiguación).
Expresión francesa que significa textualmente listo para llevar. Se refiere a la producción seriada de moda con patrones que se repiten en función de la demanda. Es la moda que se ve en la calle a diario. Aún así, podemos hablar de un prêt-à-porter de lujo practicado por numerosos diseñadores. Es inevitable contraponer este término al de Alta Costura (o Haute Couture).
[editar] Nacimiento del Prêt-à-porter
A finales de la década de los setenta se produjo una gran revolución en la moda a nivel internacional. La Alta Costura, sin desaparecer, quedó poco a poco desplazada por el prêt à porter. Se inició un periodo de democratización de gran repercusión desde el punto de vista social; las prendas se empezaron a fabricar a gran escala, y la ropa de diseño, bien confeccionada, alcanzó a otros estratos sociales.
Muchos de los grandes nombres de la Alta Costura se sumaron a esta nueva tendencia para poder mantener sus casas, e incluso algunos de ellos optaron por abrir boutiques donde se comercializase esa otra línea paralela a sus creaciones más mimadas. Sin embargo, fue sólo cuestión de tiempo que los grandes salones se despidiesen de sus mejores clientas. El excesivo importe de los impuestos relacionados con el lujo y otras razones fiscales aceleraron el cierre de la mayoría de estas casas.
El fenómeno del distintivo y la marca, seña de identidad de los jóvenes diseñadores, se expandió como la pólvora. Con aquellos jóvenes creadores, ahora ya nombres propios de la moda como Jesús del Pozo, Adolfo Domínguez, Purificación García, Sybila, Antonio Miró, Francis Montesinos, Roberto Verino, Pedro Morago, Pedro del Hierro, David Valls, y un largo etcétera, se abrió un camino de referencia para las nuevas promesas que han empezaron a despuntar en los años noventa. La forma de presentar las colecciones también sufrió una profunda transformación. De los coquetos e íntimos salones, se pasó a convocatorias multitudinarias de gran repercusión social. Antaño cada casa fijaba su día de presentación, se remitían las invitaciones y se publicaba en prensa el evento. Desde hace veinte años aproximadamente, tanto en la Pasarela Gaudí (Barcelona, ahora convertida en Pasarela Barcelona) como en la Pasarela Cibeles (Madrid), se concentran en ocho días las más altas dosis de actividad.
El papel de los medios de comunicación también ha sido esencial en este aspecto, pues tanto los diarios como la prensa especializada y, sobre todo, la televisión se convirtieron en el canal de difusión más inmediato.
[editar] El prêt-à-couture
No es ni Haute Couture ni Prêt-à-porter. Tampoco una contradicción terminológica, sino la tercera vía de hacer moda: una mezcla entre las anteriores llamada prêt-à-couture. Esta fórmula triunfa por igual entre modistos y grandes firmas, y tanto de elite como masivas, por sus ventajas de combinar la alta costura con la producción industrial. Con el sistema, los diseñadores modifican para cada cliente el patrón industrial y pueden producir en serie.
La democratización y globalización de la moda ha provocado que surja una nueva visión de hacer ropa, el prêt-à-couture, que trata de velar por los intereses de los consumidores que no quieren verse vestidos igual de miles de personas pero tampoco pueden o quieren pagar fortunas por un traje a medida. Se trata de un sistema impulsado por igual por firmas y por unos creadores ávidos de explorar nuevos horizontes. El sistema está a caballo entre la tradicional y elitista alta costura y
El concepto de alta costura tal y como lo entendía Yves Saint Laurent y otros maestros como Hubert de Givenchy murió hace tiempo. La celeridad a la que nos aboca la sociedad que vivimos no admite los presupuestos para pagar los modelos exclusivos ni tampoco el tiempo para acudir a cinco o seis pruebas antes de tener el traje.
La firma francesa de lujo Hermés, de la que Gaultier es el director artístico tras sustituir a Margiela, hace un tipo de ropa con corte muy moderno y exquisita calidad en sus piezas. Y es un buen abanderado del prêt-à-couture. Como algunas de las creaciones de los holandeses Víctor Horsting y Rolf Snoeren, conocidos como Víctor and Rolf, que empezaron desarrollando su concepto de moda en galerías y museos de arte para después trascender sus diseños a las pasarelas. De ejecución impoluta, detalles poderosos y efectos dosificados están en su mejor momento, deslizándose de una moda conceptual a un prêt-à-porter de grandes vuelos.
El número de clientas y clientes del prêt-à-couture es mucho más generoso. En el mundo existen muchas personas que quieren diferenciarse, vestir distinto sin pagar grandes fortunas. Existen muchos amantes de la moda a los que no les gustan los grandes almacenes o el nuevo sistema de autocompra. Consumidores que viajan, con una amplia vida social y que han encontrado en esta tercera vía la mejor manera de renovar su armario cada temporada sin pagar grandes cantidades de dinero. En España varias firmas trabajan esta fórmula, desde Massimo Dutti hasta Milano o Artesanos Camiseros. Y también algunas marcas de venta en El Corte Inglés, como Emidio Tucci, donde un cliente que quiera comprarse un traje puede elegir entre varios tipos de botonadura, solapas, cierres de manga o largos de chaqueta.
El diseñador Valentino, que ha firmado recientemente con la casa española Pronovias para desarrollar una breve pero intensa colección nupcial, puede ser considerado otro ejemplo más de esta nueva alternativa. Si su ropa de prêt-à-porter bordeaba siempre la costura, ahora su incursión en el mundo nupcial, a través del "motor-promotor Pronovias", escenifica claramente el mundo en el que se mueve la joven jet-set: el del prêt-à-couture.