Protesta de los Trece
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La Protesta de los Trece es un hecho histórico vinculado a la historia de la Isla de Cuba, que ocurrió en el año 1922 durante el período de la Neocolonia en Cuba .
[editar] Marco Histórico
EL presidente Alfredo Zayas (1921-1923) asume el poder en medio de la grave crisis económica, financiera y política iniciada el año anterior, y bajo su mandato se completa el proceso de dominio casi absoluto de la economía cubana por el capital yanqui. No obstante, entre 1923 y 1925 hay una señalada —aunque efímera— recuperación azucarera, que, junto a la tolerancia que se vivió en esos años, sirve para que algunos den una imagen positiva de su gobierno.
[editar] Hecho Histórico
Pero los hechos contradicen esa imagen. Zayas era un hombre corrupto. Ya desde 1913, al cesar en su cargo de Vicepresidente de la República, se había autodesignado historiador oficial de Cuba con un sueldo de 500 pesos mensuales. Durante su mandato ganó dos veces, «casualmente», el primer premio de la Lotería Nacional, y fue el único Presidente que se erigió una estatua en vida. Dio vía libre al juego y otros vicios; distribuyó «botellas» y promovió una ley de amnistía que beneficiaba a los que habían cometido fraudes. Al final de su mandato, su fortuna personal ascendía a varios millones de pesos. Muestra de los jugosos negocios que promovió es la compra del convento capitalino de Santa Clara a una empresa privada. En la época de las «vacas gordas», la Iglesia lo había vendido por un millón de pesos a la citada empresa, y ahora, en plena crisis, el Estado paga por él dos millones trescientos mil pesos. El escándalo concitó gran repulsa popular, y dio lugar a un hecho que tuvo gran resonancia pública: la llamada «Protesta de los 13». Con motivo de un homenaje que se rendía a la escritora uruguaya Paulina Luissi en la Academia de Ciencias de Cuba, iba a usar de la palabra Erasmo Regüeiferos, miembro del Gabinete de Zayas y uno de los responsables de aquella vergonzosa operación. Antes de que el orador comenzara, varios jóvenes intelectuales se pusieron de pie, y uno de ellos, el abogado y poeta Rubén Martínez Villena, denunció la compra fraudulenta y acusó a Regüeiferos ante el auditorio. El grupo se retiró del acto y publicó un manifiesto firmado por los 13 intelectuales que le dieron nombre a la protesta. Casi todos se destacarían después en las letras y en la política, y darían origen al llamado Grupo Minorista, de honda repercusión en la historia de esa época. Dos de los protagonistas, Martínez Villena y Juan Marinello, desempeñarían más tarde, hasta la muerte, altos cargos de dirección en el movimiento obrero y comunista.