Psamético I

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Estatua oferente de Psamético I

Uahibra Psametiko, o Psamético I (664 – 610 adC) fue el primer faraón Saita, o de la dinastía XXVI de Egipto, a comienzos del denominado periodo tardío de Egipto.

Psamético I fue uno de los grandes faraones, consigiendo la independencia respecto del imperio asirio. Restauró la prosperidad del país en su largo reinado de 54 años y estableció buenas relaciones con los gobernantes helenos, alentando a muchos colonos griegos a establecerse en Egipto y servir como mercenarios en su ejército.

Se sabe, por textos cuneiformes, que fueron designados por Esarhaddon veinte soberanos locales para gobernar Egipto y confirmados por Asurbanipal. Necao I, el padre de Psamético, era uno de estos soberanos, en Sais, pero parece que fueron incapaces de contener a los egipcios contra los aliados de los odiados asirios.

Psamético I, después que la muerte de su padre en 664 adC, trató de unificar Egipto bajo su mando y liberalo del control asirio.

Destruyó con éxito los últimos vestigios de poder de la dinastía Nubia sobre el Alto Egipto bajo Tenutamon y en este momento Tebas aceptó su autoridad. Después forjó una vigorosa campaña contra los príncipes locales que se oponían a su reunficación de Egipto.

Nitocris: Divina adoratriz de Amón

Amuleto con su nombre. Louvre

En su año octavo de reinado, en 656 adC, envió una poderosa flota naval a Tebas y obligó a la Divina adoratriz de Amón a adoptar a su hija Nitocris como sucesora, quedando grabado en la llamada estela de la Adopción. Nitocris serviría en este cargo durante 70 años, de 656 adC hasta su muerte en 586 adC.

Una de las victorias sobre ciertos bandidos libios, en el año 10º y 11º de su reinado, se menciona en una estela del pueblo de Dakhla, en el oasis del desierto occidental de Egipto.

El historiador griego Herodoto transmitió un cruel relato acerca de Psamético en el segundo volumen de sus Historias. Durante su viaje a Egipto, Herodoto oyó que el rey deseó descubrir el origen de los idiomas realizando un experimento con unos niños. Dejó dos niños recién nacidos a un pastor, con instrucciones de que nadie debería hablar con ellos, pero el pastor tendría que alimentarles y escucharlos para tratar de comprobar cuales eran sus primeras palabras. La hipótesis era que la primera palabra se pronunciaría en el idioma original de todas las personas. Cuándo uno de los niños lloró, pronunciando: bekos, y se vio que la palabra era frigia porque era el sonido del término frigio del "pan", concluyeron que estos eran las personas más antiguas, más aún que los egipcios (probablemente era un sonido onomatopéyico de las cabras con las que alimentaba a los niños).

El relato de Herodoto de los XII reyes y la ascensión de Psamético es dudoso. El laberinto, construido por un rey de la duodécima dinastía de Egipto, es atribuido por Herodoto a los XII reyes.