Secta destructiva
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Una secta destructiva es un grupo de personas que sigue un determinado movimiento religioso o ideológico en la cual se practica el control mental; por lo que, bajo la apariencia de inofensiva religión, puede ser muy peligroso para los posibles miembros[1].
[editar] Características
La principal característica con las sectas no destructiva es implantar una personalidad sectaria a los adeptos con las ya citadas técnicas de control mental, lo que provoca en la persona el llamado Síndrome disociativo atípico[2].
Además de esta característica diferenciadora las sectas destructivas suelen ser también:
- Organización autoritaria y piramidal: no existe la democracia en ninguno de los escalones ni se permite la crítica y se inculca el destierro del pensamiento crítico.
- Existencia de un líder, o grupo de líderes, cuya decisión es la única que cuenta. El líder controla todos los movimientos de los miembros, así como su dinero y no se somete a las mismas reglas que los seguidores. Pero el líder y los adeptos se creen el mensaje o se lo terminan creyendo; pero los dirigentes de segundo nivel no suelen compartir la creencia y sí el afan de lucro y poder.
- Aislamiento de los adeptos del mundo en general y de las relaciones familiares en particular.
- Se controlando toda la información que les llega.
[editar] Sectas destructivas
No resulta fácil realizar una catalogación de las sectas por su carácter cambiante, por la cantidad de grupos pantalla que crean cuando su imagen se deteriora o sus fines son descubiertos, o por el desacuerdo sobre los criterios a emplear; pero entre ellas se suelen incluir:
- Testigos de Jehová.
- Iglesia de la cienciología.
- Latin Kings.
- Ñetas.
- Moon.
- Meditación trascendental.
- El Patriarca.
[editar] Referencias
- ↑ Steven Hassan, Las técnicas de control mental de las sectas y cómo combatirlas, Editorial Urano, Barcelona, 1990, ISBN 84-86344-80-8
- ↑ Pilar Salarrullana, Las sectas, Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1990, ISBN 84-7880-015-8