Sicario
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Sicario es el asesino que mata por encargo o contrato.
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[editar] Etimología
Si carii (plural latino de Sicarius, de la “daga” o un asesino de contrato o encargo) es un término aplicado, en las décadas anteriores a la destrucción de Jerusalén en el 70 a.C, a los defensores judíos, (o a los insurrectos) que procuraron expeler a los Romanos y a sus partidarios de Judea:“Cuando Albinus alcanzó la ciudad de Jerusalén, dobló cada esfuerzo e hizo cada disposición de asegurar paz en la tierra exterminando la mayor parte del Sicarii.” - Josefo, antigüedades judías (xx.208)
Los sicarii incluso recurrían al asesinato para obtener su objetivo. Debajo de sus capotes encubrían la sicae, o daga pequeña, por la cual recibieron su nombre. En las asambleas populares, particularmente durante el peregrinaje al montaje del templo, apuñalaban a sus enemigos (romanos o simpatizantes romanos), lamentándose ostensiblemente después del hecho para escapar la detección. Literalmente, Sicarii significaba “hombre-daga”.
Las víctimas del Sicarii incluyeron a Jonatán el supremo sacerdote, aunque es posible que su asesinato haya sido orquestado por el gobernador romano Félix. Algunos asesinatos eran llevados a cabo como venganza contra los romanos por parte de la población judía entera del país. En algunas ocasiones, podían ser sobornados para que no mataran a sus víctimas previstas. Si la narrativa de Barabás no es una invención para crear una parábola, incluso Sicarios condenados eran en ocasiones liberados si prometían no matar a sus opositores, aunque no hay evidencia para esta práctica fuera de los evangelios, que concuerdan en gran parte en este punto. Una vez, cuenta José, después de secuestrar al secretario de Eleazar, gobernador de los recintos del templo, los sicarios llegaron a un acuerdo para liberarlo a cambio de diez de sus camaradas capturados.
Al principio de la rebelión judía (66), Sicarios, con la ayuda de otros zelotes, entraron en Jerusalén y cometieron una serie de atrocidades, para forzar a la población a luchar. En una relato del Talmud destruyeron el suministro de alimentos de la ciudad para forzar a la gente a luchar contra el sitio romano en vez de negociar la paz. Sus líderes, incluyendo Menahem ben Jair, Eleazar ben Jair, y Bar Giora, eran figuras importantes en la guerra, y Eleazar ben Jair finalmente logró escapar al ataque romano. Junto a un pequeño grupo de seguidores, se abrió camino hasta la fortaleza abandonada de Masada, donde siguió con la resistencia contra los romanos hasta 73, año en que los romanos tomaron la fortaleza y descubrieron que la mayoría de sus defensores habían preferido suicidarse antes que rendirse.
En el libro "La Guerra Judía" (VII) de José', tras la caída del templo en el 70, los sicarios se convirtieron el partido judío revolucionario dominante, disperso en el exterior. José los asocia particularmente con el suicidio en masa en Masada en 73 y el subsiguiente rechazo "a someterse al censo de impuestos cuando Cyrenius fue enviado a Judea a levantar uno" (José) como parte de su estrategia religiosa y política como luchadores de la resistencia:
"Algunas de las facciones de los Sicarion...no contentos con haberse salvado, volvieron a embarcarse en una nueva intriga revolucionaria, persuadiendo a aquellos que los recibían allí a reafirmar su libertad, a no valorar a los romanos como mejores que ellos mismos y a considerar a Dios su único Amo y Señor" (citado por Eisenman, p 180).
En el nombre de Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesus, el epíteto "Iscariote" es interpretado por la mayoría de los eruditos como una transformación helenizante de sicario. El sufijo "-ote" denota membresía o pertenencia a - en este caso a los sicarios. Este significado se pierde cuando los Evangelios son traducidos a hebreo moderno: Judas es traducido como "Ish-Kerayot", convirtiéndolo en un hombre de los suburbios de la ciudad. Robert Eisenman presenta la visión general de historiadores seculares (Eisenman pag 179) al identificarlo en cambio como "Judas el Sicario". La mayoría de las consonantes y vocales coinciden—en José, Sicarioi/Sicariōn; en el Nuevo Testamento Iscariote. (Eisenman 1997 pp 179 etc)
[editar] Comparaciones modernas
Sicarii tuvo obvios paralelismos con un fenómeno mucho más reciente, los medievales "Hashshashin", fanáticos musulmanes cuyo talento para matar inspiró el término "asesino". Los asesinos, como los sicarios, eran abiertamente partidarios de masacrar a los correligionarios que no respaldaban sus políticas, según la visión de los Asesinos' todos eran infieles al Islam. Como los fanáticos resistentes de Masada, los Asesinos construyeron fortalezas en montañas en zonas desoladas para defenderse de sus enemigos militares. También usaban la daga casi exclusivamente para llevar a cabo sus asesinatos.
Una referencia más patente de los sicarios se encuentra en Colombia desde los 80. Los sicarios, criminales profesionales expertos en secuestro, bombas y robo, tomaron gradualmente un papel importante en el crimen organizado en Colombia. Mark Bowden los describió en su trabajo de investigación "Matando a Pablo": desempeñaban un papel clave en la ola de violencia contra la policía y las autoridades a principios de los 90, durante la campaña del gobierno para capturar y extraditar al fugitivo jefe del narcotráfico Pablo Escobar y otros socios del cartel de Medellín. A diferencia de sus homónimos, los sicarios nunca han tenido una ideología de base. Tal vez la única causa que en su momento se les atribuyó fue la oposición a la extradición de los criminales colombianos. se caracterizaban por ser jóvenes menores de edad, para así eludir a las autoridades, sus principales herramientas de trabajo eran pistolas o ametralladoras calibre 9mm y el uso de motocicletas de cilindraje medio. su modus operandi consistia en cobrar la mitad del dinero de un asesinato por adelantado y la otra mitad luego de concluido el trabajo, a menudo eran asesinados por sus compañeros con el fin de que estos ultimos se llevaran las pagas de estos. las principales zonas de reclutamiento de estos comprendian vastas areas de medellín tales como caicedo, santo domingo, manrique,buenos aires-milagrosa y salvador. Aunque Escobar utilizó a sicarios para eliminar a sus enemigos, estos asesinos eran más activos como individuos o bandas independientes que como leales seguidores de un jefe y había muchos sicarios dispuestos a servir al rival cartel de Cali. No obstante, muchos murieron en enfrentamientos contra la policía, indicando que no todos estaban dispuestos a rendirse. Efectivamente, mucho antes de la época de Escobar, Colombia en particular tenía un largo legado de secuestradores y asesinos profesionales a quienes éstos emulaban.
Desde la desaparición de los carteles, ya no siguen habiendo sicarios en Colombia.
[editar] Referencias
Roberto Eisenman, James el hermano de Jesús: La llave a abrir los secretos del cristianismo temprano y de las volutas de mar muerto, 1997 (VikingPenguin)