Sombrero Panamá
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Un sombrero Panamá o jipijapa es un tradicional sombrero con ala que se hace de las hojas trenzadas de la palmera del sombrero de Panamá (Carludovica palmata). A pesar del nombre, los sombreros genuinos de Panamá se hacen en Ecuador, no en Panamá; su nombre viene del hecho de que alcanzaron relevancia durante la construcción del Canal de Panamá cuando millares de sombreros fueron importados de Ecuador para el uso de los trabajadores de la construcción. Cuando Teddy Roosevelt visitó el canal usó dicho sombrero, lo que aumentó su popularidad.
La ciudad ecuatoriana de Cuenca es el productor principal; sin embargo, la ciudad de Montecristi tiene la reputación de producir los sombreros de calidad más fina.
Glorificado durante el siglo XIX, el Panamá desde entonces se ha considerado el príncipe de los sombreros de paja. El héroe nacional y figura emblemática, Eloy Alfaro ayudó a financiar su revolución liberal en Ecuador a través de la exportación de panamás. La reputación del sombrero fue establecida por Napoleón III, Eduardo VII, y algunos otros aficionados.
[editar] Nombre
El sombrero de Panamá tiene varios nombres. Fue llamado jipijapa, a partir del nombre de una ciudad pequeña de la provincia de Manabí que se suponía era su origen tradicional, o montecristi, un nombre que todavía se encuentra entre los especialistas de los panamás de calidad. El jipijapa o el montecristi también se ha llamado toquilla, un nombre derivado del nombre de los sombreros que los españoles usaron en la conquista.
[editar] Calidad
La calidad es un tema muy disputado al tratar de los sombreros de Panamá. Hay dos procesos principales en su creación: el tejido y bloqueo. La mejor manera de calibrar la calidad de la estructura es contar el número de fibras por pulgada cuadrada. Menos de 300 serían consideradas de baja calidad. Los más raros y más costosos tienen de 1.600 a 2.000 fibras por pulgada cuadrada, y no es extraño que éstos se vendan a precios muy elevados. Se dan muchos niveles de calidad entre 300 y 1.600. Actualmente, aunque la Panamá continúa hoy proporcionando un sustento para millares de ecuadorianos, sólo permanecen una docena de tejedores capaces de hacer unos sombreros de paja llamados superfinos del montecristi.