Termófilas
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Las bacterias termófilas fueron posiblemente las primeras células simples. Se desarrollaron en sitios con actividad volcánica (como géiseres) en las dorsales oceánicas.
Las termófilas se caracterizan por tener una membrana celular rica en lípidos saturados ya que contienen enzimas que les permiten trabajar en condiciones extremas.
Se pueden diferenciar dos tipos: las eucariotas y las procariotas. Si soportan temperaturas superiores a 75 °C se les llama hipertermófílas, mientras que las termófilas sobreviven en temperaturas con un mínimo de 20 °C y un máximo de 75 °C.
Algunas de estas bacterias (Sulfobus) obtienen la energía oxidando azufre. En general todas estas células viven en condiciones extremas.