A Guarda (Pontevedra)
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País | España | ||||
• Com. Autónoma | Galicia | ||||
• Provincia | Pontevedra | ||||
• Comarca | Bajo Miño | ||||
Ubicación | 41°54′ N 8°52′ O | ||||
• Altitud | 0 msnm | ||||
• Distancia | 120 km a Santiago de Compostela | ||||
Superficie | 20,5 km² | ||||
Fundación | 300 dC | ||||
Población | 10.209 hab. (INE 2005) | ||||
• Densidad | 498 hab./km² | ||||
Gentilicio | Guardés, sa | ||||
Código postal | 36780 |
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Alcalde | José Luis Alonso Riego (PP) | ||||
Sitio web | www.aguarda.com |
A Guarda (español: La Guardia) es un municipio del suroeste de Galicia, la población más meridional y al sur de la provincia de Pontevedra (España).
Comunica con Portugal por la frontera natural del río Miño por el sudeste, con el Océano Atlántico por el oeste y con el ayuntamiento de O Rosal por el norte. Es accesible por la carretera PO-552 desde Tuy y desde Bayona, y desde Camiña por transbordador. Se encuentra a 50 km de Vigo y 120 de Santiago de Compostela.
La altitud a nivel del mar no impiden al Monte Tegra y al Monte Terroso elevarse a 314 m y 350 m respectivamente, permitiendo excelentes vistas, especialmente desde el Monte Tegra donde se puede disfrutar de la desembocadura del río Miño, Océano Atlántico y los montes de Portugal y Galicia.
Tabla de contenidos |
[editar] Historia
La historia de la villa de A Guarda está en gran medida condicionada por su emplazamiento geográfico privilegiado. Lugar estratégico con abundantes recursos naturales ideal para el asentamiento humano y las fricciones políticas entre estados.
El inicio de la historia de A Guarda empieza con los primeros restos humanos encontrados en la zona. Concretamente fueron en las distintas terrazas que conforman el valle del río Miño donde, sobre los 10.000 años a.C., empezaron a asentarse grupúsculos de hombres primitivos formando lo que se llama Cultura Camposanquiense, nombre que reciben porque los restos aparecieron en Camposancos, en la falda del Monte Tecla que llega hasta el río. Fueron homínidos que se expandieron por el valle y por la costa próxima, zonas propicias para la subsistencia.
El siguiente capítulo fue en el Neolítico, entre el 5.000 y 2.000 adC., en el que se encontraron en distintos lugares un perfeccionamiento de la industria lítica. Lo más característico de este período son los petroglifos, grabados en las piedras con dibujos esquemáticos con gran valor documental sobre la vida de este período.
Entre el 2.000 y el 1.000 a.C. nos encontramos con la Cultura de Bronce en el que se manipula este mineral para hacer, tras la oportuna fundición, un amplio abanico de objetos. En estos años también se datan los primeros contactos por mar con culturas mediterráneas, primero los fenicios y, después, los griegos.
Durante el primer milenio a.C. se consolidó la Edad de Hierro que tendría como manifestación más determinante la Cultura Castrense. Sin duda, esta fue la etapa de mayor esplendor en la historia de A Guarda y de esto dan muestras multitud de restos, sobre todo en la abundancia de castros: Santa Tecla, A Forca, O Castro y A Bandeira. Entre ellos destaca el primero citado, datado entre el s.I a.C. hasta el s.I d.C., situado en las proximidades de la cumbre del monte, supone una de las muestras más significativas de la Cultura Galaico-Romana de Galicia.
La cultura de los castros fue diluyéndose con la creciente romanización. Los pobladores los fueron abandonando y comenzando a asentarse en los valles para poder cultivar la tierra. De la época romana encontramos restos en el mismo centro de la población, en el lugar de Saa, en O Castro y en Pintán. Después de s.V a.C. llegó la conquista de los Suevos que prolongarían el bienestar romano.
En la Alta Edad Media por la comarca del Bajo Miño se asentaron comunidades religiosas cristianas en varios cenobios, siendo los primeros referentes administrativos supeditados al obispo de Tui. En tiempos de la reconquista y tras varias repoblaciones, el monarca Alfonso II concedió el coto de caza de la desembocadura del Miño al Conde de Sotomayor.
A partir del s.XII, A Guarda estuvo bajo el resguardo de los monjes cistercienses que se emplazaron en Oia. Entre sus documentos se da buena cuenta de la próspera vida comercial que tenía la localidad. Un período del que se hará el trazado urbanístico similar al de otras villas marineras gallegas como Baiona o Noia, con unas murallas en forma de triángulo, con un lado hacia el mar y en el vértice contrario la iglesia. A finales de la Edad Media la iglesia parroquial se amplía para adaptarse al crecimiento de la población.
La cuestión demográfica será determinante en el s. XVI con la irrupción de varias pandemias que causarán una pérdida en la población. Con licencia de Felipe II, los Sotomayor promueven un convento de comunidad de religiosas benedictinas independientes de la casa madre de San Paio de Antealtatres de Compostela.
El s. XVII será crucial para la historia de A Guarda debido a las presiones beligerantes derivadas de la Guerra de los Cien Años. Se construye el Castillo de Santa Cruz, una plaza militar conquistada por los portugueses en 1665. Con esta victoria La Guardia perteneció al Reino de Portugal durante tres años. De aquel tiempo también es una pequeña fortaleza ubicada en un pequeño islote en la boca del puerto, una construcción que recibía el nombre de Atalaya, elemento protagonista del escudo de la villa.
Lo más importante ocurrido en los siglos posteriores fue el descenso del nivel de vida, un hecho determinante que llevará a mucha población a emigrar a América durante el s.XIX, sobre todo a la antilla de Puerto Rico. En 1845 se escinde el que hoy es el ayuntamiento de O Rosal, quedando A Guarda conformada en tres parroquias (Santa María de A Guarda, San Lorenzo de Salcidos y La Visitación de Camposancos). En la segunda mitad de este siglo se instalan en el lugar de A Pasaxe un importante colegio jesuita.
El s. XX estuvo vertebrado por la fractura social que supuso la Guerra Civil Española. A Guarda se sumó rápidamente al alzamiento nacional pero el conflicto se notó sobre todo en la represión de retaguardia, paseados, fusilamientos, campos de concentración, palizas, extorsiones, exilios.
En la actualidad, superado el umbral del s.XXI, A Guarda es una villa que sufre una reconversión encubierta en la que, tras época de esplendor en el sector de la pesca, intenta transformarse, debido a su falta de tejido industrial, en un ayuntamiento dedicado a los servicios, sobre todo al turismo. Pero este giro económico ha supuesto que se volviera a producir una nueva oleada de emigración, esta vez a las Islas Canarias. Esta problemática hace que sea un ayuntamiento con un censo sin apenas variaciones en muchos años.
[editar] Arte
[editar] Arte arqueológico
Entre los abundantes restos arqueológicos conviene destacar el castro de Santa Tecla. Un poblado amurallado con puertas al Norte y al Sur. En él podemos encontrar restos del trazado vial, de viviendas, canales y aljibes de agua, hornos y otros materiales arqueológicos.
Esta yacimiento posee un museo arqueológico donde se exponen distintas culturas antiguas que se asentaron en A Guarda. En sus vitrinas podemos observar piezas del Paleolítico (cuchillos bifaces, picos...), del Neolítico (cuchillos pulidos, cerámica...), de la Edad de Bronce (hoces, puñales...), de la Cultura Castrense (piedras labracas, cerámica y orfebrería de bronce y oro) y de la Época Romana (terra sigilatta, tejas, ánforas, monedas...).
[editar] Arte religioso
El conjunto artístico más importante está situado en la Iglesia Parroquial de A Guarda, en el centro de la villa. Tiene la advocación de Santa María Asunción. Es una construcción suma de partes con distintos estilos arquitectónicos. Aparace documentada en el siglo XII en pleno románico del que es refrendario el muro Norte. La planta es de cruz latina, con tres naves y con capillas laterales (la de la Trinidad y la de las Dolores). En su interior destaca la gran variedad de retablos barrocos, el conjunto de pinturas manieristas sobre tablas y el conjunto de frescos rococós. La fachada es barroca con lienzos murales blancos debido a la influencia portuguesa. La fachada sur obedece a esquemas renacentistas, con un tímpano que realza una urna en la que hay una imagen barroca de la virgen. El campanario es muy monumental, siendo una fusión dentre el Barroco y aspectos neoclásicos.
En A Guarda existen otras dos iglesias parroquiales: la de Santa Isabel de Camposancos, construida en 1816 y la de San Lorenzo de Salcidos, fechada en 1530. También existe un conjunto de capillas esparcidas por el territorio del ayuntamiento: la de Santa Tecla en la cima del monte se remonta al s.XII; en el s. XVI se construyó la de la Virgen de La Guía; en el s. XVIII se construyó la de San Cayetano y; a comienzos del s. XX la de San Roque.
El segundo conjunto más importante pertenece al Convento de San Benito, fundado en 1558. Este edificio religioso sufrió una reforma importante en el s. XVIII realizándose una portada barroca en la puerta norte de la iglesia del convento.
También se puede incluir en este apartado el Viacrucis del Monte Santa Tecla, cruces que tiene medallones del escultor Julio Mengual realizados a partir del año 1922.
[editar] Arte civil
Destaca la Torre del Reloj, antiguo homenaje medieval, que fue parcialmente destruida y volviéndose a erigir en el s.XVI. También destaca el Centro Cultural, edificio de estilo regionalista construido por el arquitecto Tomás Bilbao Sertucha, a finales de la década de los años 20 del s.XX.
Dentro de los monumentos de reciente construcción cabe destacar el que se le dedicó a los marineros en las proximidades del puerto.
[editar] Enlaces externos
http://www.concellodaguarda.com http://www.aguarda.com
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