Crisis bancaria de 1994 (Venezuela)
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La crisis bancaria de 1994 en Venezuela fue un proceso de insolvencia financiera que afectó a casi un tercio de la banca comercial, y produjo la desaparición de algunos de las empresas financieras más emblemáticas y el colapso del sistema económico del país. El proceso se inició con considerables aportes por parte del Estado para auxiliar a los bancos con problemas, y prosiguió con su estatificación. Los bancos afectados más renombrados fueron el Banco Latino, Banco Consolidado y el Banco de Venezuela. La crisis se extendió hasta el año de 1995.
Muchos analistas consideran que la actuación del gobierno de Rafael Caldera en este caso fue irresponsable, al proporcionar considerables auxilios financieros a instituciones corruptas sin aplicar las mínimas medidas de control. Para 1994 las ayudas entregadas por la institución responsable de manejar la crisis (Fogade) a la banca comercial ascienden a 1 billón 272 mil millones de bolívares[cita requerida].
Se suele indicar que el origen de la crisis fue el alto nivel de corrupción de los bancos involucrados[cita requerida].
Los bancos afectados por la crisis fueron: Grupo Latinoamericana Progreso (que incluía los bancos Latino y Progreso), Principal, Ítalo, Profesional, Amazonas, Bancor, Barinas, Banco de la Construcción, La Guaira, Banco de Maracaibo, Metropolitano, la Sociedad Financiera Fiveca, Banco de Venezuela y Consolidado.