Línea C (Subte de Buenos Aires)
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Abierta al público el 9 de noviembre de 1934, la línea C del subte de Buenos Aires se extiende a lo largo de 4,4 km entre las estaciones Retiro y Constitución. Fue la tercera línea de la red en brindar servicio al público, luego de que lo hicieran las líneas A y B.
Utiliza como las Líneas A, D, y E, captación de la energía eléctrica por catenaria aérea flexible, en cambio la Línea B es la única con catenaria de tercer riel.
[editar] Historia de su construcción
A principios de la década del 30 la Compañía de Tranvías Anglo Argentina comenzó las obras de la línea, pero por diferentes motivos las obras se paralizaron. Luego fueron retomadas por la empresa española CHADOPyF (Compañía Hispano Argentina de Obras Públicas y Finanzas) que construyó el primer tramo desde la estación Constitución, cabecera del Ferrocarril General Roca hasta la avenida Diagonal Norte, y poco tiempo después la extendió hasta la estación Retiro, cabecera del Ferrocarril Bartolomé Mitre.
En la mayoría de las estaciones se colocaron mayólicas, cosa que también hizo la CHADOPyF en las dos líneas que construyó posteriormente —la D y la E—. En el caso de la línea C, las mayólicas originales representan paisajes de España.
[editar] Problemas con el concesionario
El actual consesionario de la línea, Metrovías, ha recogido gran cantidad de críticas por diversos motivos. Uno de ellos es el tendido de vías de la línea C, que data de 1998. Este renuevo sustituyó el tendido tradicional de durmientes + balasto por piso de cemento + durmientes estructurales de hormigón ('biblocks') con los rieles apoyados en ellos. El efecto de esta construcción se puede apreciar claramente ante el paso de una formación, y afecta la salud de usuarios y trabajadores: vibraciones de altísima frecuencia audible (contaminación sonora). En 2º lugar, el personal de revisión de vías ha detectado desde el inicio de la construcción la fisura de los mencionados Biblocks: 1 500 de éllos están fisurados a lo largo de toda la línea y en las dos direcciones Constitución - Retiro.
Otro de los problemas es la contaminación sonora. En respuesta, Metrovías decidió colocar paneles de absorción de ruidos y vibraciones en paredes, y, balasto en los biblocks; con tres efectos inmediatos de esas inexpertas soluciones:
- angostamiento del pasillo de circulación entre la pared del túnel y el gálibo del tren
- supresión nula de los chirridos de alta frecuencia
- el balasto sobre la base de vías no absorbe ruidos, y no permiten la libre inspección del sistema de vías.
Otra decisión de Metrovías para mitigar los chirridos del rozamiento de la pestaña de la rueda contra los rieles fue la colocación de engrasadores en todas las curvas de la Línea C y principalmente en la curva de Diagonal Norte. El efecto de esta medida fue que las formaciones frenadas se desplazaban sobre la grasa, más allá de la estación. Debido a esto Metrovías cambió la lubricación de aceite por rociadores de agua. El efecto de estos dispositivos es grave: hay inundaciones en largos tramos de vías en diferentes sectores de la línea.